San Cadilla
en CANCHA


100 años de perdón
 
 
El cierre de las festividades del Centenario del América puede ser con broche de oro si se dan las condiciones para que haya un perdón largamente anhelado en el cielo azulcrema.

Luis Roberto Alves, goleador histórico de las Águilas, fue elegido por la banda que le va al cuadro de Coapa como uno de sus mejores delanteros y por ende fue invitado por

el club al homenaje correspondiente, este sábado al medio tiempo del juego ante Xolos en el Estadio Azteca.

Pese a ser una leyenda viviente del Ame, Zague tiene el corazón roto y por partida triple, porque el club de sus amores lo mandó a freír espárragos no una sino tres veces durante su vida, dos de ellas como jugador; primero cuando lo mandaron al Atlante sin su consentimiento y luego cuando lo dieron de baja por teléfono dejándole el recado a su papá... Pero la que más le duele es la más reciente, cuando fue vicepresidente y le tocó la mala suerte de tratar de trabajar con Michel Bauer, quien se llevó entre las patas a medio mundo en su desastrosa administración, entre ellos Zaguinho, quien quedó muy resentido al grado de decir que no volvería a trabajar en el América.

Sin embargo, como él mismo lo ha dicho, el fue procreado americanista, así nació y creció... Su amor por el equipo tal vez le dé la oportunidad de hallar el perdón y qué mejor que sea este sábado, en el Estadio Azteca, con su gente y con su padre a un lado... Ojalá el club se comporte a la altura...

 
 
 
El felino callado
 
 
Pareciera que haberse puesto la playera del Tri provocó que Jesús Gallardo perdiera el piso.

Resulta que lejos de llegar a la Ciudad de México con una sonrisa de oreja a oreja por jugar dos partidos con el Tricolor y convivir con jugadores ya consolidados como Oribe Peralta, Jesús Corona o hasta Giovani dos Santos, el atacante de los Pumas arribó a la con esa clásica actitud de "mírame y no me toques" de quien se trepa al ladrillo.

Gallardo fue uno de los últimos en abandonar la zona de aduanas del aeropuerto, fue a una casa de cambio y al salir no quiso decir ni pío sobre su primera experiencia en el Tri y cuando alguien le dijo que ahí no estaba la gente de comunicación Pumas para que le jalara las orejas, él reviró con un "pero estoy yo", con lo que puso fin a cualquier petición y se peló.

Cualquiera podría decir que esta actitud de divo es como para darle un par de zapes, pero resulta que Gallardo es igualito en Pumas, donde pocos le han escuchado decir más de 5 palabras y siempre anda como escondiéndose.

Por ello, en lugar de írmele a la yugular a este muchachito, mejor le voy a pedir a la directiva del Club Universidad que incluya en su plan maestro para llevar a sus canteranos a la Selección Nacional unas clasecitas de cómo hablar, porque la imagen que su embajador dejó en esta Fecha FIFA, es de pena ajena...

 
 
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