"Cuando eres sinceramente agradecido, te estás nutriendo".
Ralph Waldo Emerson
Confieso ante mi amable foursome de lectores que la Copa Ryder, jugada el fin de semana, ha sido la mejor de todas las que he visto.
También digo que es mi evento de golf favorito por mucho. Estoy convencido que en el deporte, cuando se expone y se juega por honor para definir el
desenlace, éste enamora.
El golf visto la semana pasada sobre el campo de Hazeltine National, en Minnesota, fue simplemente glorioso. Los 12 jugadores de EU contra los 12 europeos ofrecieron un despliegue inesperado de golf en los tres días de competencia. Cada uno de los 28 partidos se jugó de forma excelsa.
La Copa Ryder había sido dominada por los europeos en las últimas 12 ediciones y EU por fin logró poner las manos en la copa que lleva el nombre del abuelo de George Bush, Samuel Ryder, luego de ocho años; esto gracias a un cambio de actitud y una extraordinaria estrategia en el acomodo del campo por el capitán Davis Love.
Los americanos habían perdido el sentido de equipo por dejar que sus egos interfirieran antes y durante los partidos de foursomes y fourballs. Este año, arrancaron la competencia ganando los primeros cuatro duelos de la mañana del viernes para abrir una ventaja de cuatro puntos; a partir de ahí, los europeos sólo pudieron reducir el déficit a tres puntos al final de los ocho partidos de parejas.
Para la ronda de individuales, los capitanes movieron sus armas muy bien al mandar a los mas fuertes por delante y, una vez más, a EU le funcionó mejor utilizar a Patrick Reed como su carta fuerte. Le tocó en el primer partido contra Rory McIlroy, el mejor jugador del mundo en el último mes.
El partido fue épico y de enormes jugadas, si Rory hacía algo grande, Reed respondía, y viceversa. Ambos lograron enardecer a la galería y dieron muestras increíbles de la maravilla que es el golf, al corresponder con caballerosidad. Reed ganó el más valioso de los puntos en el 18, el que marcó la inercia para los estadounidenses. El resto de los partidos se jugó bajo la misma intensidad hasta que los locales lograron sellar la ansiada victoria.
Esta Copa Ryder mostró una vez más su grandeza y lo que sucede cuando se juega para defender el honor, pues pocas veces los jugadores incluyen tantas emociones e intensidad en la rutina del trabajo. Como dijo Jordan Speith: "El triunfo marca un nuevo inicio para el golf americano". Estoy de acuerdo, se van a fortalecer.
Hasta el próximo green.
rafaelalarcongolf@gmail.com
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