Por enésima ocasión, la playera de la Selección Mexicana es lamentablemente abaratada.
Otra vez el laboratorio tricolor es impunemente manejado por el técnico en turno.
Para dos partidos "amistosos" ante los representativos de Nueva Zelanda y de Panamá, que sólo servirán para recabar dólares, Juan Carlos Osorio decidió seguir probando y experimentando al convocar a varios
futbolistas que evidentemente no tienen en estos momentos verdadero nivel de Selección.
Jugadores que ni siquiera son titulares en sus respectivos clubes, reciben la "oportunidad" de mostrarse vistiendo la más importante de las playeras en el futbol mexicano.
Si en algún momento el actual técnico tricolor mencionó que tenía una lista de 40 jugadores mexicanos que podían ser tomados en cuenta para convertirse en seleccionados (cantidad de por sí excesiva), en esta ocasión convocó a varios futbolistas que ni entre esos "mejores 40" entrarían.
Por desgracia, el problema primordial sigue estando en la incapacidad de los dirigentes para exigirle a cada director técnico del "equipo de todos" la más elemental rendición de cuentas, la indispensable explicación del porqué de cada convocatoria.
Porque una cosa es darle al técnico la plena libertad para elaborar su propia lista, y otra muy distinta es permitirle que maneje como se le antoje al más importante de los equipos, que utilice a la Selección Mexicana como simple juguete o como futbolístico laboratorio en el cual realizar sus propios y peculiares experimentos.
La Selección Mexicana no es para probar jugadores, sino para que en ella jueguen quienes ya probaron ser los mejores.
¿De veras será tan difícil entender y aplicar ese elemental principio tantas veces vulnerado?
Parece que sí.
gomezjunco@mural.com
Twitter: @rgomezjunco