¿Son realmente contendientes?

José Pablo Coello
en CANCHA


Antes del inicio de la campaña, Carolina, Arizona y Pittsburgh parecían ser equipos con aspiraciones legítimas no sólo para ganar sus divisiones, sino para llegar lejos en la postemporada. Y aunque solamente se han jugado tres partidos y nunca se ha ganado un Súper Tazón en el mes de septiembre, lo visto el pasado fin de semana debe haber encendido las alarmas en el seno de estas tres

organizaciones.

Los Acereros han ido de más a menos desde que arrancó la temporada. La ofensiva que lució espectacular ante Washington, batalló mucho para hacerle daño a Cincinnati y naufragó de forma estrepitosa en su visita a Filadelfia.

Por otro lado, la defensa es muy endeble y permite más de 400 yardas totales por partido. Y si bien es cierto que la eficiencia en zona roja los sacó adelante ante Pieles Rojas y Bengalíes, la historia cambió ante las Águilas y así se fraguó la peor derrota de los Acereros en la era de Mike Tomlin.

Carolina pudo haber ganado el juego inaugural ante los Broncos, pero la equivocación de Graham Gano en la última jugada puso las cosas cuesta arriba para los campeones de la Conferencia Nacional. Tras una victoria muy trabajada ante los débiles 49's, la escuadra de Ron Rivera fue borrada en la segunda mitad del partido ante los Vikingos.

Es cierto que Denver y Minnesota son dos equipos serios e invictos, pero nunca pensé que las Panteras lucieran tan inferiores físicamente, sobre todo jugando en casa.

El caso más dramático es el de Arizona. Carson Palmer no termina de convencerme y sus actuaciones en casa frente a los Patriotas y el domingo en Búfalo me confirman que no ha recuperado la confianza tras un cierre de temporada lamentable el año anterior.

A pesar de contar con un envidiable arsenal ofensivo, el veterano mariscal de campo sigue achicándose a la "hora buena". Si ayer no pudo contra unos Bills que venían de dos actuaciones lamentables, no veo cómo vaya a ganar duelos de vida o muerte en la recta final.

Bruce Arians, Ron Rivera y Mike Tomlin son entrenadores en jefe de calidad y con experiencia, y los tres tienen mucho talento a su disposición. Las crisis que ahora enfrentan llegan mucho antes de lo previsto y de su capacidad para manejarlas dependerá el futuro de estos equipos que, aun pasando por horas muy bajas, tienen los argumentos para salir adelante y hacer buenos los pronósticos.
 
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