El doctor La Volpe

Francisco Javier González
en CANCHA


La situación recuerda la llegada del médico cuando hay un enfermo en casa: la pura presencia de la bata blanca aliviaba aun antes de ver al paciente.

¿Qué tanto habrá tenido que ver la presencia del doctor La Volpe en la banca del América para obtener su triunfo frente a Pumas?

El partido cumbre de la jornada parecía resuelto a los cuatro minutos de haber comenzado.

Dos goles

tempraneros, de vestidor, presagiaban un duro castigo a los osados Pumas que saliendo de Ciudad Universitaria pierden más fuerza que Sansón cuando va a la peluquería. No estaban alertas, no llegaron al Azteca a la hora pactada sino algunos minutos después, cuando el destrozo parecía estar hecho.

El largo resto del partido ofreció emociones, suspenso y una definición extrema que nos dejó a todos al filo de la butaca.

Los Pumas, con el orgullo a flor de piel, se la jugaron durante lo mucho que le quedaba al partido y en una lucha del todo por el todo pudieron recibir el tercero en cualquier momento pero también fueron capaces de empatar el duelo porque los lances apostaron a ello: conceder espacios para irse encima del clásico adversario.

Y volvemos a la pregunta inicial. La Volpe es un técnico de repeticiones, de perfeccionamiento del método, de la lectura exacta de las partituras que van cambiando conforme la obra avanza.

Muta sus formaciones según las necesidades, convierte en defensa a un medio o a un zaguero en delantero; dibuja más esquemas en el partido que pintor de Montmartre y con su dialéctica futbolera parece de repente confundiré a todos menos a su estudiosa conciencia.

Seguramente que la llegada de La Volpe -como la de cualquier otro en situación de emergencia-, ayudó por si misma a liberar la presión, a que todos se pusieran derechitos al presentarse ante el nuevo jefe.

Pero más allá de eso, en una sola práctica que tuvo al frente de su nuevo equipo, es casi imposible pensar en situaciones que vayan más allá del efecto de la novedad. El correr de las semanas nos dará las verdaderas respuestas.

Por lo pronto empezar ganando ayuda mucho para el futuro de las Águilas: es mejor corregir con tres puntos en la bolsa que se adquirieron en un clásico, que sin ellos.

Pero la verdadera aportación de La Volpe en un equipo centenario tendrá que descifrarse con el tiempo.

Hay enfermedades que dependen de la actitud con que uno las encara para poder superarlas. Hay otras, orgánicas, que están sujetas a otro tipo de soluciones.

La del América, con el plantel que tiene, parece padecer una de las primeras.

Por lo pronto, voluntaria o no, la primera receta del médico empieza a hacer efecto: nada reconforta más que una victoria importante ante un rival valiente.

 
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