Turbulencia a la vista

José Pablo Coello
en CANCHA


La carrera de Carson Wentz ha iniciado de forma inmejorable. Luego de haber estado lesionado durante buena parte de la pretemporada y de haber sido considerado el tercer mariscal de campo a unos días del inicio de la campaña, Wentz tomó la titularidad tras la salida de Sam Bradford y ha guiado a su equipo a dos victorias en fila. Y aunque no ha cometido errores trascendentes y ha mostrado una

madurez sorprendente para su edad y falta de experiencia, sus dos primeras apariciones han sido ante dos de los peores equipos de la NFL. Esta tarde, ante los Acereros, Wentz buscará confirmar que lo hecho hasta ahora no es solamente fruto de la debilidad de sus rivales.

Pittsburgh es uno de los pesos completos de la Liga y gracias a la ofensiva más explosiva y talentosa en toda la historia de la franquicia, es también favorito para representar a la Conferencia Americana en el Súper Tazón. Y a pesar de que la defensa sigue batallando para acumular capturas y no termina de convencerme del todo, es una unidad que se dobla, pero no se rompe, y cambia constantemente sus formaciones para confundir al mariscal de campo rival. Tanto Kirk Cousins como Andy Dalton acumularon más de 300 yardas por pase, pero ambos fracasaron en zona roja durante los primeros tres cuartos y sólo convirtieron una vez que el partido se había puesto cuesta arriba.

Por más tiempo que Wentz haya dedicado a estudiar las tendencias del coordinador defensivo Keith Butler, enfrente tendrá el reto más complicado de su incipiente carrera en la NFL. Pittsburgh tiene muchos jugadores atléticos y versátiles que buscarán presionarlo y hacerlo salir de su zona de confort para tratar de forzarlo a tomar riesgos innecesarios.

Filadelfia tiene ante sí la oportunidad de demostrar que, de la mano de Wentz, puede ser un equipo contendiente. La tarea no será sencilla y, además de otra actuación inmaculada de su QB novato, las Águilas tendrán que encontrar la manera de contener al líder corredor de la NFL y a la dupla Roethlisberger-Brown, que no suele ligar dos actuaciones mediocres.

El jueves pasado, en otro duelo entre equipos invictos, quedó claro que los Texanos están muy lejos de poder competir con equipos de élite como Nueva Inglaterra, y que el contrato multimillonario de Brock Osweiler pudo haber sido una exageración.

Hoy en el Lincoln Financial, Carson Wentz buscará evitar que la historia se repita, manteniendo vivo el idilio que por ahora ha establecido con la muy exigente fanaticada de Filadelfia.

 
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