La historia del camarero que fichó a Ronaldo

Homero Fernández
en CANCHA


Ronaldo Luiz Nazario de Lima, "El Fenómeno", cumplió 40 años hace unos días y lo celebró en Madrid. A diferencia de la fiesta que organizó en 2003, cuando tenía 27, esta vez no hubo ni modelos ni celebridades. Menos gente y más kilos en el abdomen del ex gran delantero, también marcaron las diferencias.

Considerado como uno de los mejores jugadores del mundo, el carioca vivió un periplo

profesional que lo llevó a cuatro de los clubes más importantes: Barcelona, Inter, Real Madrid y Milán.

Campeón con Brasil en el Mundial de 1994, el PSV de Holanda fue la entrada a Europa por la que deambuló 14 años dejando a su paso 275 goles en 402 partidos.

Su reconocida calidad fue directamente proporcional a los roces con dirigentes y entrenadores. De los culés, donde estuvo solamente una temporada (1996-97) se fue al Inter al no ponerse de acuerdo en la renovación de su contrato. Del equipo neroazurro, donde ganó casi todo de 1997 a 2002, salió maldiciendo al entonces entrenador argentino Héctor Cúper.

Recaló en el Real Madrid para formar junto a Zidane, Beckham, Raúl y Figo el equipo de los "Galácticos". Aunque fue su etapa de gloria terminó con una temporada bajísima en goles y enemistado con Fabio Capello, a quien acusó de su alejamiento de los Merengues.

Pero el PSV tampoco escapó a los choques con el jugador. El club holandés llegó a un acuerdo previo con el Barcelona para traspasarlo en 1996, pero luego se arrepintió y le intentó cerrar todos los caminos a los catalanes y declaró en rebeldía al jugador que quería irse.

Los clubes habían fijado la transacción en mil 500 millones de pesetas, unos 15 millones de euros al cambio actual.

Tenían un fecha tope para el acuerdo y Ronaldo, que estaba concentrado con su Selección en Miami, tenía que firmarlo. Entonces el PSV pidió a la Federación brasileña que bloqueara acceso por parte del Barcelona.

Según cuenta Joan Gaspart, vicepresidente culé encargado de conseguir la firma, era imposible acercarse a Ronaldo porque tenía un cuerpo de seguridad a su alrededor.

Entonces aprovechó que había conocido a un camarero español en el hotel donde estaba alojada la Canarinha. El trabajador le cedió su uniforme, una bandeja y un refresco. "Saludé a los guardias y le dije que el huésped había pedido un refresco. Entonces, me dejaron pasar", cuenta Gaspart.

El dirigente-camarero tocó la puerta y le abrió el propio Ronaldo, que no podía creer lo que pasaba. Luego llamó a sus representantes y "firmó el contrato allí mismo, sobre la cama", narra Gaspart.

Los culés pudieron gozar al "Fenómeno" sólo por una temporada. Suficiente para que metiera 47 goles en 49 partidos.

¡Ronaldo en el colchón y Messi en una servilleta!

 
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