Abandonar el Nido

Francisco Javier González
en CANCHA


En ningún lado se está mejor que en casa.

Dormir en la cama propia, comer con el sazón del hogar, caminar sin ver hacia cualquier rincón cuando por la noche se va la luz porque los trayectos de conocen de memoria.

A veces hay que dejarla por motivos de trabajo. O de ir a estudiar al extranjero. Por regla general, la casa se extraña siempre.

Decio de María, presidente de la

Federación Mexicana de Futbol, revela que se está estudiando si el Tri debe abandonar el Estadio Azteca para los partidos del Hexagonal que conduce a Rusia.

La duda puede parecer vana cuando la altitud, el calor, lo imponente de su arquitectura y también la historia dicen lo contrario: la casa de la Selección lo es por las fortalezas que le ofrece cada vez que ahí se presenta. Esos factores hacen que más de un partido se haya ganado.

Aquel de Javier Aguirre contra Estados Unidos o el de Honduras cuando se agotaba la vida en la eliminatoria, recordarán el peso del escenario en el que ningún visitante se siente cómodo.

Aunque la eliminatoria para Brasil fue una pesadilla en el mismísimo Coloso, las cifras históricas dicen que México ha perdido solamente dos partidos de esa naturaleza en su casa.

Y aunque Honduras haya sacado un empate sin goles y de milagro hace unos días, la premisa no cambia.

La exportación actual de jugadores mexicanos a Europa ha cambiado ciertas condiciones. Siendo la base de la Selección esa legión foránea, ellos acusan también una desadaptación a la altitud de la Ciudad de México. Habría con ello una ventaja física que antes se tenía y ahora aparentemente daña.

Concediendo que esa es una realidad, cabe preguntar si algún rival -salvo Bolivia- capitalizaría el hecho. Y también, si es la única ventaja que se tiene al jugar ahí.

La inseguridad de la Selección Nacional, naciente en el inolvidable 7-0 de la Copa América del Centenario, hace que ahora veamos moros con tranchete.

Súbitamente, la buena gestión de Osorio se convirtió en una amenaza, los rivales crecen en nuestras pesadillas futboleras hasta alcanzar tamaños descomunales y se empiezan a buscar motivos de la falta de desempeño en factores que siempre fueron -y seguirán siendo- favorables.

Es improbable que ese análisis del que habló el presidente de la FMF vaya a más. El futbol ha reducido distancias y los partidos que eran fáciles de ganar en el pasado ahora se complican más.

Pero eso no es motivo para mudarse y habitar una nueva casa cuando los problemas se encuentran en el lado futbolístico.

México calificará al Mundial sin grandes problemas. Y lo hará jugando en el Azteca.

 
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