Eso que llaman mentalidad

Francisco Javier González
en CANCHA


Podría hablarse de que hay equipos que saben ganar determinados partidos y otros que no.

Que la fatalidad acompaña a ciertos clubes sin importar quién conforme su plantel cuando enfrenta a su máximo adversario, y que la acumulación de sinsabores -a grado tal que está acuñándose un verbo que representa las derrotas increíbles- pasa por encima de nombres y apellidos según la época.

Si

Cruz Azul dominó al América en los 70 para ceder el protagonismo una década después, cuando el duelo ya era un Clásico, los últimos tiempos son americanistas por lo menos en los partidos que dejan huella.

El regreso de las Águilas en la Final del Clausura 2013 es parte de la épica de Coapa. El triunfo más inesperado sin duda. El cambio de rumbo más espectacular desde el otro Clásico frente a Chivas en la Final del penalty fallado por Eduardo Cisneros.

Pero desde ese lluvioso drama cementero hasta el del sábado en el Azul, han pasado muchas cosas. Entre ellas, que en su alineación titular sólo permanecen en el equipo tres jugadores: Corona, "Cata" Domínguez y "Chaco" Giménez.

Del otro lado, persiste igual número de elementos: Moisés Muñoz, Paul Aguilar y Rubens Sambueza.

Por lo tanto, no se puede hablar de que unos les tomaron la medida a los otros. Pero en lo colectivo, sí que hay coincidencias que no parecen tan casuales.

Lo que más dolerá en la casa celeste es que las odiosas etiquetas se repiten y serán más difíciles de quitar: cuando todo es favorable, cuando se tienen tres goles de ventaja al medio tiempo sobre un rival extraviado y vapuleado, un detalle ayuda a cambiar las cosas.

La expulsión de Aldo Leao es para muchos un factor determinante. Pero en aquella Final referida, la tarjeta roja a Molina fue mucho más tempranera y con desventaja en el global. Sucedió a los 14 minutos. Pese a ello ocurrió la reacción.

El contraste de personalidades colectivas sí que favorece la colocación de esas etiquetas: América nunca se da por vencido, no deja de luchar en las condiciones más adversas. Y aunque no siempre gana, sí colecciona victorias históricas precisamente por esa cualidad de guerrero.

Cruz Azul, no obstante la personalidad de su entrenador, no alcanza en esos instantes que hacen la diferencia, a cambiar la imagen de club frágil y vencible. Los hechos refuerzan una carencia que puede afectar su autoestima. Días como el sábado son los que pueden cambiar la percepción que al final termina siendo la misma o hasta más grave. Por eso le duelen tanto estos episodios.

América está formado por jugadores con mentalidad especial. No cabe duda. Los hechos lo han vuelto a confirmar.

 
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