El regreso del Capitán América
No es la secuela de una película de superhéroes, pero el Capitán América está listo para volver.
Después de 20 meses en el retiro, Landon Timothy Donovan (4 de marzo de 1982, Palm Springs, Estados Unidos), retomará su carrera en el futbol con el Galaxy de Los Ángeles, en la MLS, donde se unirá a estrellas como Steven Gerrard y Giovani dos
Santos.
El futbol de Estados Unidos es otro desde la aparición de Donovan, quien con los años se adjudicó el apodo de Capitán América por su aporte en los más grandes logros de la Selección de su país, entre ellos, uno que parecía demasiado complicado: meter al futbol a el gusto de sus compatriotas.
La camiseta con el número 10 de la Selección con el nombre de Donovan comenzó a verse entre la gente, junto con otras de grandes figuras del deporte profesional estadounidense, como Michael Jordan, Shaquille O Neal, Derek Jetter o Greg Maddux.
Para el aficionado mexicano es el villano favorito, por los goles que le marcó al Tricolor y porque en el Preolímpico de 2004, en un entrenamiento, orinó en la cancha del Estadio Jalisco. Tan popular fue su figura de antagonista que se convirtió en actor para una marca de apuestas mexicana, que lo contrató para sus comerciales, con el lema "en México siempre gano".
Nacido en California, hijo del canadiense Edgar Bryan Donovan, quien jugó hockey de manera semiprofesional, y Donna Lizzet Kenney-Cash, maestra de educación especial, Donovan tuvo que adaptarse a las costumbres mexicanas, entre ellas la práctica del futbol, aunque no le gustaba.
"Me gustaba más el beisbol y el futbol ni lo conocía. El caso es que en la escuela nadie de mis amigos mexicanos quería jugar otro deporte que no fuera soccer y me permitieron integrarme a su equipo, era el único americano en la selección de la escuela. Me enamoré del juego y de la gente mexicana desde entonces", dijo Donovan en una entrevista con CANCHA.
"Nací y crecí en un barrio mexicano. En la escuela estuve con ellos todo el tiempo, eran mayoría en mi ciudad. A mis amigos mexicanos de la infancia y a quienes conservo en la actualidad, les debo el cariño por el futbol".
Pero la convivencia con mexicanos no sólo le dio para practicar futbol, sino también para hablar español, pues en inglés era complicado que sus compañeros le soltaran el balón.
"Me gusta hablar en español. Además, mis padres siguen viviendo en el mismo sitio de toda la vida, rodeados de mexicanos que nos tratan con mucho respeto y cariño, por lo que estoy muy agradecido con todos ellos. Mis amigos de la infancia son los mismos que tengo ahora y muchas veces estoy más en su casa que en la mía. Me gusta la comida mexicana y mi madre aprendió a cocinar de todo. Hasta chile como, aunque no tanto como ustedes", agregó.
Ese pasatiempo le dio para brillar como deportista y en 1999 jugó el Mundial Sub 17, en Nueva Zelanda, donde llamó la atención de visores europeos y el Bayer Leverkusen compró su pase.
Aunque nunca pudo adaptarse a la Liga Alemana, quizá por la edad o las costumbres, Donovan no dejó el futbol y volvió a Estados Unidos para enrolarse en los San José Earthquakes, de la MLS.
Ahí llegaron los éxitos: en su primer año, fue el mejor asistidor de su equipo y el segundo goleador.
Debutó en la Selección mayor a los 17 años, en 2000, contra México.
A los 19 años se consagró campeón en la Copa Oro 2002 y meses después jugó la Copa del Mundo Corea-Japón 2002, en la que Estados Unidos logró su mejor participación, al avanzar a los Cuartos de Final, en los que fue eliminado por Alemania.
Su rival en Cuartos fue México, al que las Barras y las Estrella vencieron 2-0, con un gol de Bryan McBride y otro de Donovan.
"Siempre me inculcaron respeto por los mexicanos y quisieron que conviviera con ellos, pues aprecian el amor que tienen por la familia, su alegría y forma de trabajar duro. Fui muy afortunado y siempre digo que gracias a los mexicanos estoy como futbolista profesional y viviendo cosas muy lindas".
En el Mundial Alemania 2006 Estados Unidos se quedó en de la fase de grupos y en Sudáfrica 2010 alcanzó los Octavos de Final.
Con la Selección ganó la Copa Oro de 2002, 2005, 2007 y 2013.
A nivel de clubes jugó para el Bayern Munich (Alemania), el Everton (Inglaterra), el San José y el Galaxy.
En el 2014 le dijo adiós al futbol profesional en un insípido duelo amistoso de la Selección frente a Ecuador, tras perderse el Mundial de Brasil por decisión del técnico Jurgen Klinsmann. Parecía que eso era lo último de su carrera y se dedicó a ser comentarista de televisión.
El embarazo de su segunda esposa, Hannah Bartell, lo animó a dejar el futbol en 2014, a los 32 años. En enero de 2016, la pareja anunció el nacimiento de su hijo, Talon Bartell Donovan. No más viajes con el Galaxy ni la Selección. El Capitán América se quedaría en casa para cuidar a su familia con un empleo menos ajetreado.
Pero la lesión de Gyasi Zardes, delantero del Galaxy, le abrió la puerta de regreso a las canchas. Con opciones de clasificación a los Playoffs y equipo para pelear por el campeonato, el Galaxy llamó a su estrella retirada para llenar el hueco.
El regreso del Capitán América puede durar el resto de la temporada o quizá un tiempo más. Dependerá del nivel que muestre, porque por esfuerzo y calidad el californiano no para.
Pero también es una cuestión de deseo, porque es bien conocido que Donovan no se lleva bien con Klinsmann, quien lo dejó fuera de Brasil 2014 con todo y sus 156 partidos, 57 goles y 58 asistencias con la Selección, ya que en 2012 el delantero anunció que se tomaría un año sabático para evaluar el rumbo de su vida, en plena etapa de clasificación para la Copa del Mundo.
Donovan quería tiempo para saber si el futbol le apasionaba. Su primer matrimonio, con la actriz Bianca Kajlich, fracasó después de tres años de duración, en 2010, y no pasaba por un buen momento emocional.
Klinsmann, quien antes lo tuvo bajo su mando en el Bayern, no lo tomó muy bien, a pesar de que Donovan regresó con ánimo renovado al futbol.
En esta nueva etapa, un eventual regreso al equipo nacional suena muy lejano, pero el aporte del Capitán América en un momento de apremio en el Hexagonal de la Concacaf podría resultar necesario.
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