La herida que dejó el 7-0 de la Copa América Centenario es mucho más profunda de lo que se pensaba, de hecho, para mala fortuna de Juan Carlos Osorio, esa llaga no cerrará mientras él siga siendo técnico de la Selección Mexicana. Sus patrones le han perdonado, la afición mexicana, desafortunadamente no. Parece muy notorio que, en buena medida, la dureza con que se mide públicamente al DT
colombiano tiene que ver con eso justamente: con ser extranjero y no hecho en México.
Lo cierto es que la afición en general, y la prensa, consideramos que la Liga MX nos engaña con la Regla 10/8. No hay manera de justificar que el objetivo de dicha Regla es "promover el desarrollo deportivo del futbol mexicano", como se ha declarado, y hoy Osorio paga otros platos rotos que no le corresponden.
Solamente con actuaciones convincentes y resultados se podrá cambiar la molestia de la gente por aplausos, aunque no de manera definitiva.
No tengo duda que Juan Carlos Osorio es un técnico funcional para el Tricolor. No sé si el mejor, no sé si el más indicado y definitivamente no el más popular, pero puedo asegurar que no pasa por alto detalle alguno en la preparación de un partido y deja lo menos posible al azar. Específicamente en este partido contra Honduras anticipó a sus jugadores lo que sucedería y lo que debían hacer para superar al rival. Dichas indicaciones no fueron llevadas a cabo.
Cada vez que existen este tipo de fracturas entre la afición y la Selección Nacional surgen las mismas armas de ambos lados: los futbolistas que son unas divas, que ganan fortunas y que abaratan la camiseta de la Selección vs. los que nunca jugaron al futbol, lo ven muy fácil desde la tribuna o televisión y son unos envidiosos a quienes no hay que tomar en cuenta.
Dentro de las crisis cíclicas del Tri aparecen de inmediato candidatos y rumores para el relevo. Uno de los más sonados en estos días ha sido Miguel Herrera, a quien se le adjudica una falsa auto promoción que enganchó a Matías Almeyda, DT de Chivas, como si fuera un novato.
Desestabilizar es una buena manera de generar polémica e interés durante tiempos difíciles. Está claro que después del 7-0, cada tropiezo o actuación floja de la Selección se convertirá en pabellón de fusilamiento para Osorio y quienes le han dado la confianza y el respaldo... ¿Qué se analiza poco y mal? Es cierto... ¿Qué al Tri le hicieron falta 5 futbolistas importantes ante Honduras? Es cierto... ¿Qué los números de Osorio son altamente positivos en sus 13 partidos? Es cierto... Pero también es cierto que se le exige diferente a un técnico hecho fuera de México, que la afición se ilusiona demasiado con una Selección que no ha variado su posición mundial en más de 20 años y que ha resultado peor, mucho peor, perder una vez por 7 goles, que 7 veces por 1 gol.
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