Rewind, Replay... Fair Play

Homero Fernández
en CANCHA


El amistoso Italia-Francia del 2 de septiembre en Bari pasará a la historia, no por el resultado sino por ser el primer partido internacional sometido al sistema de arbitraje por video.

Pero, el primer juego de futbol profesional supervisado por el VARs (Video Assistant Referees) tuvo lugar el agosto del año pasado en la Tercera División de Liga de EU. Lo protagonizaron los Red Bulls II,

de Nueva York, y el Orlando City B.

Ismail Elfath, fue el encargado de dirigir el juego que terminó 5-1 a favor de los de la Gran Manzana. Sobre él estaban todas las miradas de la International Football Association Board. Su colega Allen Chapman, frente a los monitores, era el otro nombre clave de la noche del Red Bull Arena.

Elfath, un texano de Austin de 33 años, consultó solamente dos veces las imágenes. Una a los 34', cuando sancionó una falta al borde del área. Ante la duda de que el infractor fuera el último defensor, levantó sus manos al aire y dibujó un cuadro con ellas para indicar que iba a revisar la jugada.

Un asistente le acercó un rudimentario monitor de TV al borde de la cancha y luego de contemplarlo regresó sacando la tarjeta roja al defensa. Demoró cerca de 60 segundos en el proceso.

A los 80', decidió volver a ver una entrada contra un delantero. Concluyó que era tarjeta amarilla. En su carrera de tres años, Elftah lleva un promedio de tres cartones preventivos por juego.

Sin embargo, el nuevo árbitro internacional de FIFA desde 2016, no necesitó ninguna asistencia extracancha para marcar una pena máxima.

El nuevo recurso tecnológico, que se ha implementado también en Australia, Brasil, Alemania, Holanda y Portugal, se aplica para cuatro incidencias específicas.

En los "goles fantasmas", para determinar si entró la pelota; en las jugadas de penalties, tanto para marcar como para no marcar; en las tarjetas, para aplicarlas o anularlas; y para evitar confusiones de identificación cuando se aplica una sanción a un jugador. En todos los casos las consultas se realizan a petición del nazareno o a sugerencia del árbitro asistente que está monitoreando.

Mientras unos saludan la llegada de estas ayudas tecnológicas para evitar el "error humano del juego", otros temen que tanta perfección en un deporte que se nutre de las calles terminará con su polémica intrínseca.

Los ganones serán las grandes compañías, bajo el paraguas de la FIFA, que harán su agosto vendiendo la infraestructura y la logística. En el Italia-Francia abundaron las fotos posadas de burócratas del futbol sonriendo para la historia.

Como en todas las cosas, siempre habrá que encontrar un punto medio. El VARs podría ser también un buen arma contra la intolerancia y la violencia de los estadios que muchas veces se escuda en los fallos arbitrales para dispararse.

 
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