Ejemplos claros
La famosa regla 10/8 efectivamente dejó sin chamba a algunos futbolistas y mandó a otros a la Liga de Ascenso, en lo que algunos podrían llamar "injusticia".
Pero también, siendo sinceros, hay algunos casos muy evidentes de jugadores que nunca dieron el estirón o simplemente bajaron su nivel por razones que ellos podrían explicar mejor.
Uno de esos casos
lo tenemos muy cerca con Omar Arellano, un futbolista con muchas cualidades, pero que le escurrió atole después de haber sido la sensación y hasta seleccionado nacional.
Su nivel fue bajando en su etapa con las Chivas para luego irse al Monterrey, donde casi siempre fue banca, y después, en el Toluca, tuvo todavía menos minutos. Ahora con la UdeG es abucheado, expulsado y ni siquiera es considerado para entrar de relevo con los Leones Negros.
Otro ejemplo es el de Luis Michel, quien fue a un Mundial y tras ponerse roñoso porque le ganó la titularidad Toño Rodríguez se fue en picada su carrera.
Muchas versiones existieron de las razones por las que el portero se fue a Costa Rica y salió por la puerta de atrás del chiverío, pero yo les voy a contar la principal.
Corría el año 2013 cuando el mundialista fue a la banca y dejó al ahora suplente del Rebaño como titular, cosa que no le agradó.
El Rebaño cerró la campaña de Juan Carlos "Mejorías" Ortega visitando a los Rayados en el Tec. El partido lo ganaban con un penalti, pero a 10 minutos del final les empataron y luego Toño salió expulsado por cometer una falta afuera del área.
"Luis, a calentar", le avisan al suplente, quien parecía no haberse dado cuenta que al titular lo habían echado, pero Michel no se movió.
"Michel, expulsaron a Toño ¡calienta!", pues todavía les quedaban dos cambios con el duelo empatado... pero el veterano siguió inmovil.
Tuvo que ir un miembro del cuerpo técnico a convencerlo del ridículo que iba a hacer si se negaba a entrar habiendo cambios disponibles, así que, a regañadientes, semicalentó y entró al 89'.
Pues de último minuto el Monterrey anotó un gol... ¿cómo llamarlo? Es más, yo no voy a juzgar, mejor les dejo de tarea buscar ese partido en Youtube para que le echen un vistazo a ese segundo gol.
En ese momento quedó claro que el portero no podía seguir en el equipo. Ignoro qué tanto se supo esta historia en los otros equipos, pero en diciembre nadie lo quiso y terminó en Costa Rica.
Lo demás es historia.
¡Saluuud, árbitro!
La semana pasada les explicaba la razón por la que el árbitro Fernando Guerrero le marcó el penalti al Atlas sin dudar.
Insisto, sí era falta, aunque los atlistas se sigan enojando porque "esas no las marcan en otros partidos", pero bueno, ya no volveré a ese asunto.
Lo que yo no sabía era que no solamente traía aquel antecedente de haberle dado un gol por bueno ante el Veracruz sobre su conciencia, sino que traía algo más encima.
Resulta que el viernes llegó a esta maravillosa Perla Tapatía, como normalmente lo hacen los silbantes, así que tranquilamente decidió ir a cenar... bueno, ni tan tranquilo... y ni tan "a cenar".
No sé quién haya invitado al llamado "Cantante" o con quien compartió la mesa, pero sí sé que a dónde lo llevaron es un lugar en el que hay muy buenas carnes... y también cortes excelentes.
Pues como dice la canción: "Les dieron las 10 y las 11, las y 12 y la una, las 2 y...", el caso es que ya siendo sábado acabó bastante entonado porque esas cenas dan mucha sed (me han platicado).
No estoy seguro, para que ni me pregunten, de en qué hotel se hospedó y qué tan solitario haya dormido, pero sí sé que el lugar al que fue tiene nombre como de borrego y está por Avenida Vallarta.
¿Influyó la velada que pasó en su forma de pitar el juego por la noche?
Eso sí que apenas él podría contestarlo.
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