El cirujano que retocó a Nigeria

Homero Fernández
en CANCHA


Cuando tenía 54 años, el cirujano plástico japonés Katsuya Takasu empezó a darse cuenta de que lucía cada vez más viejo en relación a sus pacientes. Con la excusa de experimentar el mismo dolor que ellos comenzó a someterse a diferentes operaciones, al tiempo que investigaba nuevos métodos. Las intervenciones encabezadas por uno de sus cuatro hijos lo rejuvenecieron 20 años.

Por "freaky"

que parezca, no se trata de uno más de los miles de charlatanes que estafan a su clientela y causan males irreparables.

Takasu empezó a edificar su propio imperio con estudios en Alemania e Italia, y es figura permanente en foros internacionales de la especialidad. Construyó clínicas en distintas ciudades de Japón al tiempo que su imagen fue creciendo en la televisión de su país, como uno de los gurús de la cirugía estética.

Su experimento personal hoy es parte de la formación de los médicos de la especialidad en Japón. Son dos "cuadernos" que muestran con fotos, apuntes e indicaciones el "antes y el después" de las transformaciones de su cuerpo.

Uno de sus métodos se llama "Michelangelo", un procedimiento para modelar el cuerpo como si se tratara de una escultura.

La obra filantrópica del millonario cirujano es igualmente conocida, especialmente después del terremoto que asoló Japón en 1995, cuando lideró un proyecto para ayudar a reconstruir los cuerpos de algunos de los 43 mil heridos.

Takasu estuvo en Río durante los Juegos Olímpicos. Fue uno de los miles de japoneses que vio perder a su equipo 5-4 a manos de la Selección nigeriana. Los africanos tuvieron grandes dificultades para desplazarse a Brasil por problemas económicos que, entre otras cosas, determinaron que aterrizaran cuatro horas antes del partido porque no podían pagar el avión charter.

Nigeria llegó a las Semifinales, a pesar de todo el desorden producto de una mala gestión de sus autoridades deportivas. Dije Nigeria, no México, aunque suene conocido.

Terminaron disputando la medalla de bronce con Honduras y la ganaron por 3-2.

Ese día en el estadio volvió a estar el cirujano. Pero esta vez venía directamente de Japón a ver el partido y a realizar una donación de 390 mil dólares para el plantel, ya que admiraba su entereza para vencer dificultades.

Traía Takasu, además de los cheques, una carta de presentación de la embajada nigeriana en Japón. La foto del cirujano, jovial para sus 71 años, y los futbolistas recorrió el mundo.

Ofendido por el gesto que desnudaba su mala gestión, el ministro de Deportes de Nigeria pidió que se investigara el origen del dinero del japonés.

Hace mucho tiempo que el futbol nigeriano es un rosario de conflictos. Aunque premia el estoicismo del atleta, lamentablemente, el "lifting" de Takedo sólo servirá para inmortalizar una nueva anécdota olímpica.

 
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