Retos del clásico

Francisco Javier González
en CANCHA


El Clásico entre América y Guadalajara está acompañado de declaraciones de uno y otro lado que establecen un compromiso de ganar.

Se encuentran en un punto en el que Chivas se puede meter a los lugares destacados o alejarse peligrosamente de ellos. Y las Águilas, tras complicarse inexplicablemente un partido que tenían seguro contra Monarcas hace 15 días, necesitan avanzar de a tres para

afianzar su paso que ha sido menos firme de lo esperado.

Será interesante saber si el Azteca se llena. Si los partidarios rojiblancos mantienen la fidelidad a su equipo pese a las decisiones directivas que les han hecho casi invisibles cuando juegan en casa o si son menos adoradas por ser menos vistas, como el santo del dicho.

Prueba también para la afición americanista en el duelo de la tribuna que gana quien más haga ver de su color la tribuna.

Ambos tienen buenos equipos. De eso no hay duda.

Con Sambueza en el campo, lo que ha ayudado a la polémica en los días previos, las Águilas tienen un espléndido plantel que ya ha ido recuperando a los lesionados que se le acumularon en las primeras fechas.

Guadalajara, con dos de sus joyas más recientemente adquiridas lejos del plan estelar -Gullit y Vázquez- apuesta por la velocidad y la juventud con la esperanza de recuperar el tono de tan afamados y costosos refuerzos. Peña ha tardado en adaptarse y ser constante. "Gallito" vive su difícil adaptación a un club que para varios talentosos llegados de afuera ha sido como el misterioso Triángulo de Las Bermudas.

Al paso de los años, el duelo mantiene su vigencia.

Como en todos los Clásicos del mundo, el origen responde a la personalidad de cada uno de los equipos desde su fundación. Y la vigencia, al alimento de los resultados y la rivalidad que se alimenta de batallas épicas.

Con la ausencia de Chivas en varias Liguillas durante los últimos años, por fin se enfrentaron en la anterior con victoria americanista. Sin Sambueza y con el penal fallado por "Gullit" en los Cuartos de Final.

Eso se recuerda porque en ese tipo de duelos a ganar o morir es que se han escrito las mejores historias del Clásico en los últimos 40 años. Y esos son los que se deben repetir para mantener viva la flama: los que trascienden y dejan fuera a uno con la alegría del otro.

Este es de tres puntos pero ambos llegan calientes.

Que las puyas se conviertan en buen futbol y lo hagan memorable.

 
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