Señoras y señores, se acabaron los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Unos Juegos que finalmente Río de Janeiro sacó adelante con todos sus problemas económicos, de corrupción, gubernamentales, de educación, urbanización, sanidad, con todo lo que ha pasado a nivel social y de gobierno.
Ante las exigencias del Comité Olímpico Internacional, que cada día son más duras para un país sede,
Río consiguió realizar unos Juegos Olímpicos dignamente, con buenos escenarios, con voluntariado amable y personas hospitalarias.
Es cierto que aunque presentó su mejor cara, tiene otra donde radica la pobreza, las carencias, como muchos otros pueblos de Latinoamerica, incluido México.
En el aspecto deportivo, quedó demostrada la supremacía de Estados Unidos, sobre todo en la natación, donde Michael Phelps marcó el rumbo ganando medallas al por mayor. Y en la pista, la estrella que más brilló fue Usain Bolt, un tipo que tiene más carisma que Phelps, un tipo más frío, de la escuela americana. Mientras que el jamaiquino se mezcla con la gente, se toma fotos, platica, saluda, besa la pista, es decir, tiene un carisma que lo hace más sensible para los aficionados que festejaron sus triunfos en los 100m, 200m y relevos 4x100.
Brasil, el país anfitrión, se queda feliz porque logró ganar dos medallas que tanto quería: la del futbol, con un Neymar que jugó muy bien, anotó un golazo y consiguió ese título que tanto les hacia falta, y la medalla de voleibol, que ganó en la rama masculina, además de la modalidad de playa.
En tanto, México empezó muy mal, mientras que caminaban los Juegos iban cada vez peor, pero al final llegaron los deportistas que están ranqueados a nivel mundial para ayudar a sumar medallas.
María del Rosario Espinosa, el clavadista German Sánchez, la gran sorpresa fue el pentatleta Ismael Hernández, cuyo mérito es exclusivo de él, luego de contratarse un entrenador, irse a vivir a Polonia un tiempo para mejorar su esgrima, y Lupita González que mostró su calidad en la marcha a pesar de la cruenta batalla que tuvo ante las chinas.
México cerró decorosamente, aunque eso no puede tapar el desorden que hay en el deporte mexicano, el cual debe ser atendido con mucha delicadeza.
Gran Bretaña terminó en el segundo lugar en el medallero, dominó en muchas pruebas, sobre todo en ciclismo y cautivó la pista con Mo Farah, quien es un fenómeno en 5 mil y 10 mil metros.
Han sido unos buenos Juegos Olímpicos, Brasil queda muy endeudado, con problemas políticos y económicos muy serios, pero queda satisfecho tras haber organizado un Mundial y unos Juegos en apenas cuatro años.
Y ahora viene un país de primer mundo como sede con Japón y su capital Tokio y que hará unos Juegos Olímpicos súper modernos, espectaculares, maravillosos.
Brasil cumplió, México quedó a deber.
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