El espíritu del buen ganador y el buen perdedor indica felicitar, estrechar la mano del rival o al menos despedirse una vez finalizada la competencia. Los Juegos Olímpicos son una excelente oportunidad para observar distintas reacciones entre atletas de múltiples países, disciplinas y creencias.
Tras el combate por los Dieciseisavos de Final de la categoría de más de 100 kgs en judo, el
egipcio Islam El Shehaby se negó a darle la mano a su rival Or Sasson de Israel. No por la derrota, sino por el histórico conflicto árabe-israelí tras la Segunda Guerra Mundial, la fundación del Estado Israelí, la Guerra de Suez de los años 50 o la Guerra de los Seis Días (1967) entre Israel y la coalición de 4 países árabes, entre ellos Egipto. El Shehaby fue duramente criticado.
Probablemente la gran polémica de los Juegos Olímpicos se dio en la Semifinal del relevo 4 x 100 femenil, en la que el equipo de Estados Unidos, súper favorito, tiró la estafeta entre el relevo de Alysson Felix y su compañera English Gardner, debido al contacto de una corredora brasileña. Las norteamericanas finalizaron la prueba e ingresaron una protesta, la cual, de manera inédita, procedió con la repetición, no de la prueba, sino de la carrera en solitario del equipo estadounidense. Ellas debían batir el tiempo de las chinas para desplazarlas de la Final. Lo hicieron, pero las orientales protestaron enérgicamente, primero sin presenciar la prueba y después mediante declaraciones fuertes: "Es enormemente injusto que se deje correr a Estados Unidos solas, sin competidores ni molestias, de forma muy diferente a como compitieron las demás".
Dentro del salto con garrocha sucedió algo muy particular: el francés Renaud Lavillenie, campeón olímpico en Londres 2012 y poseedor del récord mundial, disputaba la medalla de oro con el brasileño Thiago Braz. Tras la jornada anterior, Lavillenie criticó en redes sociales las expresiones del público presente contra él, por lo que escribió: "Yo no he hecho nada a los brasileños. En 1936 el público también estaba contra Jesse Owens". Thiago se impuso, pero la gente, que se sintió comparada con el régimen nazi que gobernaba en aquellos años, abucheó tanto al francés en el podio que le hizo llorar. Tras la ceremonia de premiación, el nuevo medallista de oro consoló a su rival francés.
Pero quizá la reacción post partido más criticada se dio tras la goleada de Brasil a Honduras en la Semifinal del torneo de futbol olímpico: una vez consumado el aplastante 6-0, en el que Honduras fue borrado de la cancha, dos integrantes del cuerpo técnico catracho corrieron hacia Neymar y demás jugadores para pedir autógrafos y camisetas. Una cosa es felicitar al rival y reconocer su superioridad y otra renunciar al más mínimo sentido de dignidad tras ser humillado en la cancha. El acontecimiento suscitó fuertes críticas, a lo que el técnico Jorge Luis Pinto declaró "Me hubiese gustado que le dieran importancia al futbol y no a pendejadas".
Reacciones de admiración, rechazo, compasión o protesta suceden cada tanto en diferentes competencias. Los Juegos Olímpicos son la mejor vitrina para ser testigos, en una sola sede y congregación, de las más atractivas actitudes que tenemos los seres humanos dentro del deporte. ¿De acuerdo?
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