RÍO DE JANEIRO.- Hoy se juegan esas Semifinales olímpicas a las que no supo llegar el equipo mexicano.
En Sao Paulo, los demoledores alemanes tratarán de superar a los durísimos nigerianos, y en Río de Janeiro los anfitriones brasileños intentarán hacer valer su condición de amplios favoritos ante los ejemplares hondureños.
Esa escuadra catracha que sí fue capaz de vencer al
representativo del futbol coreano, irá en pos de lo que sería toda una hazaña futbolera: interrumpir dos partidos antes el camino de Neymar y compañía rumbo a su ansiada medalla de oro.
Según la teoría, solamente los poderosos alemanes (con lo que eso incrementaría el enorme trauma futbolero surgido en el Mundial de 2014) cuentan con los argumentos necesarios para desdibujar ese dorado camino de los brasileños desde hace mucho contemplado.
Pero para aspirar a esa posibilidad, los juveniles teutones deberán superar primero a los que se supone que son igualmente juveniles nigerianos.
Si se tratara de poner en números las probabilidades de ser finalista, podríamos situar las de Brasil alrededor del 90 por ciento, las de Alemania en 65, de Nigeria en 35 y de Honduras en 10.
Para ser campeón, en cambio, tal vez el "porcentaje de éxito" de Brasil andaría más o menos en 55 por ciento, el de Alemania en 25, Nigeria en 16 y Honduras en 4 por ciento.
Pero como siempre hay un buen trecho entre lo probable y lo posible, entre la teoría y la práctica, sobre todo los motivados, ordenados y eficientes hondureños tratarán de contradecir a las apuestas.
Por lo menos habrán de intentarlo, para así seguir aprovechando la magnífica oportunidad que brinda el escaparate olímpico, esa oportunidad olímpicamente desperdiciada por el equipo mexicano.
A ver cuál de los cuatro semifinalistas la aprovecha mejor a partir de ahora.
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