La etíope Almaz Ayana corrió la última vuelta a la pista en 68 segundos para ganar los 10 mil metros en los Juegos Olímpicos de Río con un tiempo de 29'17"45/100, rompiendo los récords olímpico y mundial de la prueba.
Si Ayana corriera las 25 vueltas a la pista al ritmo que corrió la última, su cronometraje en 10 mil metros hubiera sido de 28'20".
La etíope mejoró en 14 segundos el
récord mundial que la china Junxia Wang dejó en 29'31"78/100 en 1993, cuando le bajó 42 segundos al récord mundial anterior.
Aquí un apunte: En 1995 Junxia Wang confesó públicamente que un grupo de atletas entrenadas por Ma Junren obtuvo sus éxitos mundiales gracias al dopaje sistemático al que fueron obligadas por Junren.
La nueva plusmarquista superó el récord olímpico de esa prueba que la etíope Tirunesh Dibaba dejó en 29'54"66/100 en los Juegos Olímpicos del 2008.
El resultado de la etíope provocó reacciones encontradas en el deporte mundial. La británica Paula Radcliffe señaló con sutileza que "cuando me enteré del récord mundial de 1993 (de Wang) no podía creerlo, y Ayana lo pulverizó".
Cuestionada en la rueda de prensa al final de la prueba acerca del dopaje, Ayana respondió: "Mi doping es mi entrenamiento y mi doping es Jesús. Estoy limpia".
¿Qué ha provocado esas reacciones? Lo que llama la atención es que Ayana es una "debutante" en 10 mil metros. Aunque tiene el segundo crono más rápido de la historia en 5 mil metros, apenas en julio pasado corrió su primera competencia de 10 mil metros al participar en selectivo olímpico de Etiopía, que ganó con 30'07".
Lo anterior significa que su reciente triunfo olímpico es apenas su segunda competencia oficial en esta distancia.
El otro punto es que ella corrió en solitario la segunda mitad, lo que la hace más "lenta" por falta de presión competitiva. ¿Pudo haber corrido más rápido?
A su favor debe decirse que de la prueba antidoping no se libra, que corrió la segunda mitad 16 segundos más rápido que la primera, que las cuatro primeras registraron menos de 30 minutos y en toda la historia sólo cinco mujeres lo habían hecho, que ocho rompieron sus récords nacionales y que 16 corredoras rompieron sus récords personales.
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Recuerda que correr es salud y algo más... mejor calidad de vida.
rubenromero@elnorte.com
