Delgada línea

Roberto Gómez Junco
en CANCHA


Los olímpicos futbolistas tricolores jugarán hoy un partido que de antemano se preveía crucial.

Al enfrentar al complicado representativo de Corea, el conjunto mexicano no sólo estará expuesto a cualquiera de los tres resultados posibles en el futbol, sino también a seguir uno de tres caminos muy distintos.

Avanzar como primer lugar en su grupo, hacerlo como segundo pero con la

opción de seguir peleando por las medallas... o quedar eliminado y sin medalla alguna.

Con un triunfo, se quedaría como líder del Grupo C y probablemente enfrentaría en los Cuartos de Final a la escuadra argentina.

Pero con un empate quedaría eliminado si los alemanes vencen 5-1, 6-2 o por cinco goles de diferencia a los modestos fiyianos; y con una derrota tricolor bastaría cualquier victoria alemana para dejar fuera de la competencia al actual campeón olímpico.

Es decir, que en este momento luce muy delgada la línea que establece para el equipo mexicano la diferencia entre la posibilidad de seguir buscando el máximo de los objetivos en este torneo, o sufrir un rotundo fracaso y olvidarse de la digna defensa del oro tan meritoriamente ganado hace cuatro años.

Para saber hacia qué lado de esa línea quedarán ubicados, qué resultado esperar o a cuál camino apostarle, primero tendría que saberse cómo piensan jugar hoy estos impredecibles tricolores: si tan bien como fueron capaces de hacerlo durante algunos lapsos ante el cuadro alemán, o tan mal como lo hicieron en el primer tiempo ante sus nada similares de Fiyi.

A pesar de las sensibles bajas de Oribe Peralta y Rodolfo Pizarro, dos piezas indispensables en el equipo, hoy deberán remitirse a un futbol ordenado, intenso, imaginativo, preciso, incisivo, solidario... y de 90 minutos.

Sólo así podrán colocarse arriba de esa delgada línea... y entonces sí vislumbrar las medallas.

 
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