"Nunca le pido a Dios que me ayude a meter un putt, rezo a Dios para que me haga tener una buena reacción si lo fallo".
"Chi Chi" Rodríguez, profesional del golf
La semana pasada les platicaba la calidad de torneo que es la Junior America's Cup y cómo por esta competencia han pasado algunos de los jugadores más reconocidos, como Tiger Woods y Phil Mickelson. La
competencia de los 18 equipos se jugó en el Guadalajara Country Club, entre las Asociaciones de estados del oeste de Estados Unidos, las provincias de British Columbia y Alberta, y dos equipos de México.
Los participantes fueron jóvenes menores de 18 años que cierran el capítulo de torneos juveniles para ingresar a los programas universitarios. Quienes los vimos jugar coincidiríamos en que su juego y actitud en el campo muestran una madurez superior a su edad. La mayoría de estos jóvenes son el resultado de la buena preparación que recibieron desde temprana edad; desde su desarrollo físico hasta el técnico se nota que son producto de una enseñanza ordenada y bien planeada.
El Guadalajara Country Club les presentó un buen reto por lo angosto de sus fairways y sus engañosos greens; además, la competencia estuvo muy cerrada. Al final, fue el equipo de la Asociación del Estado de Washington el que se alzó con la victoria, por un solo golpe, sobre la Asociación de San Diego, California, al tirar un total de 9 abajo del par en los tres días. El equipo mexicano, conformado por Mauricio Figueroa, Rodolfo Pérez, Miguel Maisterra y Alejandro Madariaga tuvo una muy destacada actuación y terminó en cuarto lugar, tan solo a nueve golpes de los campeones. Por su parte, Figueroa, del Club de Golf Santa Anita, en Guadalajara, quedó en quinto lugar individual.
La vocación inicial de este torneo fue que, además de tener una competencia, existieran motivos sociales y formativos. En sus primeros años, los jugadores se hospedaban en casas de familias de jugadores o voluntarios para tener ese intercambio cultural entre los países y que es muy propicio en el ambiente del golf. Los jugadores aprendieron a vivir la rivalidad en la cancha sin afectar la fraternidad del medio.
La semana pasada, en el campo del Guadalajara Country Club, los jugadores tuvieron un detalle muy interesante. Al final de cada ronda, junto con sus capitanes, regresaban al campo para reparar los divots y cualquier daño natural que se hubiese hecho horas antes durante el juego para dejarle a los socios un campo con menos marcas. Es claro que torneos, como el Junior America's Cup, siguen vigentes porque mantienen entre sus prioridades tanto la visión formativa como el desempeño competitivo.
Hasta el próximo green.
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