Durante un ejercicio de verdadero o falso que realizábamos esta semana, dentro de Futbol Club en Univisión Deportes, Hristo Stoichkov le preguntó a nuestro invitado, Luis Figo: "Cuando vas por la calle en Barcelona la gente te insulta... ¿Verdadero o falso?".
"Falso, a menos que seas tú", le respondió el portugués.
"Yo sí, yo sí te insulto", contra remató el búlgaro.
Mi
ubicación en medio de estas dos leyendas, en ese momento tenso, resultó tan incómoda como aquella que me regaló el destino, ubicado dentro de las versiones encontradas de Hugo Sánchez y Miguel Mejía Barón, tras la permanencia del primero en la banca durante el partido México-Bulgaria de la Copa del Mundo de 1994.
Y es que, más allá de la fuerte personalidad de dos líderes futbolistas históricos en sus respectivos países, de ser reconocidos dentro de los mejores en la historia de este deporte, del ego que pueden tener y de los más de 20 títulos que cada uno ganó en los equipos que defendieron, se enfrentaban dos posiciones antagonistas: uno que defendió y muestra día tras día su orgullo culé innegociable y otro que sin el menor empacho fue capaz de cambiar el escudo del Barcelona por el del Real Madrid con la misma eficiencia dentro del terreno de juego.
Hay rivalidades que no aceptan ser compartidas bajo ningún pretexto. Justamente en estos días aparece otro caso considerado de "traición" dentro del futbol: Gonzalo Higuaín ha pasado del Nápoles a la Juventus entre polémicas y cuestionamientos a partir de la rivalidad entre un equipo del sur y otro del norte italiano. Se dice que en Nápoles es posible ver y conseguir camisetas de todos los equipos, menos de la Juve, y que las derrotas de la Vecchia Signora se festejan en Nápoles como victorias propias.
Tras la partida del "Pipita", una de las reacciones de mayor impacto se ha dado a partir de la carta publicada por el presidente napolitano Aurelio De Laurentiis, en la que arremete contra el atacante argentino, tras declarar que el Presidente le empujó a tomar la decisión de irse.
"Si el señor Higuaín estaba tan molesto con mi presencia, tardó muchos años en entenderlo, a no ser que sea una persona falsa o un gran actor. Sin embargo, voy a excluir la segunda posibilidad: yo sé de actores".
En México se recuerdan bien a futbolistas o técnicos mal queridos en equipos que nunca debieron llegar, como Ramón Ramírez, Braulio Luna, Alberto García Aspe, Luis García y Mario Carrillo en América; el "Bala" Salinas en Pumas, Hermosillo y Peláez en Chivas, entre otros muchos. Elementos que sufrieron mucho durante su estancia en esos equipos.
Todo comenzó con un saludo que no resultó muy amigable, pocos minutos antes de iniciar el show y un descontento muy notorio al saber que su ex compañero también sería parte de la entrevista. Todo culminó con la apresurada salida de Figo del estudio sin siquiera voltear a ver a Hristo. Después, ya terminado el programa, por fin nos enteramos de los múltiples choques que tuvieron este par de trenes de alta velocidad, tanto en Barcelona durante los dos años que convivieron, pero sobre todo como rivales al enfrentarse en los clásicos españoles.
Hay rivalidades que no aceptan el mínimo coqueteo con el enemigo ¿Considera usted que eso es correcto? Verdadero o falso.
ffernandez@reforma.com
Twitter: @Felixatlante12
