El Torneo de Apertura 2016 no ha tenido un arranque muy prometedor que digamos.
En las dos jornadas iniciales, después de 18 partidos jugados, es muy poco el buen futbol que puede rescatarse.
Quizá el convincente inicio del actual campeón del futbol mexicano, el Pachuca, que sigue conjugando a elevados niveles el buen juego y la eficiencia para cosechar puntos.
O lo que ha
empezado a realizar el América, aparentemente comprometido y empeñado en ganar algo como parte del festejo por sus 100 años.
Abajo de esos dos sobresalientes competidores en el incipiente torneo está el grueso de los participantes, seis o siete equipos de los que todavía no se sabe qué tan buenas cosas pueden esperarse, y tres o cuatro que de plano ya sabemos que ofrecerán muy poco.
Por no hablar de los equipos francamente decepcionantes en este inicio, como los Tigres, el Toluca, el Monterrey, el Cruz Azul y el León.
Equipos supuestamente poderosos a los que el sistema de competencia les otorga, como a todos los demás, tiempo suficiente para "irla llevando" sin apurarse gran cosa, para empezar a jugar como se debe en la jornada en que más se les antoje hacerlo.
Inicios mediocres que tal vez no lo serían en la misma medida si ese sistema de competencia se modificara y no fueran tantos los premiados con la oportunidad de ingresar a la Fase Final para pelear por el título.
Y más allá de ese solapador sistema, ojalá se alcance algún día el más elemental nivel de vergüenza profesional que a muchos los haga dedicarse a jugar a tope de principio a fin, en cada partido y en todo momento.
Jugar, cada semana, como en términos generales han estado lejos de hacerlo en este arranque de torneo.
A ver cuándo empiezan los que no han empezado.
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