Bullying en Los Pinoles
 
A los participantes del fiasco en la Copa América más les vale tener la piel bastante durita.

Y es que mientras en Centroamérica organizan una campaña para gritar "¡ehhh... siete!" en los despejes de los porteros mexicanos durante la Eliminatoria Mundialista, ayer me quedó muy claro que los Tricolores y los directivos no se van a salvar del escarnio ni

siquiera en un evento de primer nivel, digamos, en la Residencia Oficial de Los Pinos.

Resulta que todo estaba muy "nice" durante la ceremonia de Abanderamiento de la delegación mexicana que irá a Río 2016 por parte del Presidente Enrique Peña Nieto, en la que además de los atletas destacaron los funcionarios y los directivos muy "monos" con el tacuche de marca y la suficiente gomina para que no se les moviera un solo cabello.

Pues bien, llegó la hora de los discursos con ejemplos de gloria y demás, y ahí entró en escena el titular de la Conade, Alfredo Castillo, en cuyo "speech" tuvo espacio hasta para hablar de Islandia y el eco que tuvo su victoria sobre Inglaterra en la Euro, escena que espera sea similar a la de los mexicanos pegándole en cuestión deportiva a Colombia, a Brasil, a Chile... "Bueno, no en futbol, pero en todo lo demás...", dijo Castillo, desatando las carcajadas de casi todos los presentes; casi, porque a Decio de María no se le movió un músculo del rostro.

Fue tal la expresión del presidente de la Federación Mexicana de Futbol que estoy seguro de que ni haciéndole cosquillas le habrían arrancado una sonrisa en ese momento.

Lo bueno para Decio fue que se sentó al lado de Nuria Diosdado, de nado sincronizado, y le bastó con platicar unos segundos con ella para que se le borrara la cara de pocos amigos. Lo malo, es que las consecuencias del 7-0 apenas empiezan.

 
 
Pequeña casualidad
 
Hace unos días les contaba que en el afán de llevársela en paz con La Rebel, a la que apoyó para crecer hace más de una década, Rodrigo Ares de Parga puso a disposición de la barra la totalidad del boletaje de la tribuna del Pebetero, si la querían reservar.

Pues bien, no sé si como una extraña "casualidad", el domingo previo al partido contra las Chivas, entre las 10:30 y las 11:00 horas, las inmediaciones de la Puerta B del Estadio Olímpico Universitario estaban atestadas de revendedores que ofrecían a diestra y siniestra boletos... ¿para qué localidad creen? En efecto, Pebetero.

Aunque suene exagerado, en la zona de los choripanes no se podía ni caminar sin toparse cada cuatro pasos con un revendedor ofreciendo entradas para la tribuna que ocupa La Rebel, a precios que no superaban en muchos de los casos el nominal del boleto para planta alta, aunque todos sabemos que a la barra le dan un subsidio, por lo que de cualquier forma se saca ganancia.

Tal vez lo del domingo en realidad fue una casualidad, pero, si yo fuera el presidente de Pumas, investigaría un poquillo cómo llegaron a manos de los revendedores tantos boletos para el juego de mi equipo.

 
 
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