Genios sin reemplazo

Francisco Javier González
en CANCHA


El mundo del futbol se preguntará de manera razonable que hará el día en que ya no estén en las canchas Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.

Y lo mismo hará la Liga española, que cuenta con los dos máximos astros del planeta balompédico.

Sucede que además de la coincidencia en tiempos y protagonismos, sus vidas parecen enlazadas con el contraste de las felicidades y las fatalidades. Se

las van alternando de tal manera que difícilmente habitan un estado emocional el mismo día.

Protagonista y antagonista según el momento, sólo podrían estar igual de felices si ambos fueran portugueses -o argentinos- o los dos vistieran la playera del mismo club.

Con sus Selecciones suelen quedarse en la orilla pese a ser tan decisivos en sus clubes. La diferencia consiste en los compañeros que les ponen al lado en uno y otro sitio.

Messi tuvo en ese penal contra Chile la posibilidad de ayudarle a conseguir el título de la Copa América a Argentina. Cristiano tiene ahora la de ser campeón con Portugal en la Eurocopa, gracias al golazo que anotó para abrir el marcador contra los bravos galeses en la Semifinal.

El portugués es héroe de reflectores. Aparecer, ver idolatrada su imagen debe gustarle tanto como hacer goles. El argentino es menos visible en el protagonismo que sí ejerce con el balón. Cuanto más solitario fuera del campo, parecería estar más contento.

El destino opuesto que les distingue los ve ahora en diferentes fotos de portada. Cristiano feliz, finalista y goleador histórico de las Euros y Messi reaparecido tras su llanto en Nueva Jersey acusado de una evasión fiscal que daña su prestigio, tranquilidad e imagen.

Mañana será otro día y seguramente volverán a invertir su posición. Aunque Cristiano Ronaldo ganara la Eurocopa y la ligara por tanto a su título en la Champions League, Messi es fuerte de ánimo y regresará para protagonizar nuevos capítulos en los que volverá a retar a su némesis cíclica.

Quién es el mejor de los dos dependerá en la gastada polémica del ángulo desde el que sean calificados. ¿En potencia? ¿En definición? ¿En regates? ¿En carisma?

Ambos son espectaculares y de lejos, los mejores.

Tienen hambre insaciable y nadie les gana a competitivos.

Pasan momentos difíciles de vez en vez y se alejan del ejemplo cuando, como ahora, uno de ellos comete fraude fiscal de altos montos.

Qué maravilloso coincidir con ellos desde la tribuna o la pantalla televisiva que iluminan. Y ver cómo se turnan en el éxito que hoy, sin duda, le sonríe a CR7.

Que duren mucho porque no hay sucesores a la vista.

 
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