La Dominguera

San Cadilla
en CANCHA


Del amor al odio... y de regreso
 
Lionel Messi mueve masas y genera grandes ilusiones que han terminado por convertirse en tristezas. A pesar de todo, Argentina refrendó el amor que le tienen al pequeño futbolista.

Un duro golpe, difícil de digerir, fue el fracaso en la Copa América Centenario, pero así como el astro argentino se mueve en la cancha, es capaz de cambiar los

sentimientos de su afición. Hoy, sus compatriotas quieren verlo de nuevo en la Selección.

El delantero del Barcelona opacó el bicampeonato de la Selección Chile en la Copa América y su etiqueta de favorito para el Mundial de Rusia 2018; esta semana todo giró alrededor de "La Pulga", quien después de su cuarta derrota en una Final con la Albiceleste, anunció que, a sus 29 años, abandonaba para siempre a la Selección.

¿Y cómo no? Mientras mucha gente desató su furia contra él goleador cuando éste falló el primer penalti de Argentina en la tanda de desempate en la Final, el domingo pasado, en el Estadio Metlife de Nueva Jersey, un día después esa misma gente le rogaba que no dejara a la Selección.

Mensajes en redes sociales, cartulinas, paredes pintadas, portadas en periódicos y hasta una estatua le hicieron en Buenos Aires, todo con tal de que no los abandone.

Incluso, Diego Maradona también mostró su apoyó, después de que en varias ocasiones lo atizó por su desempeño con el cuadro argentino.

El sentimiento de la afición argentina es que no brilla de la misma forma con la Selección que con el Barcelona. A pesar de que el balón es redondo y se mueve igual en todas partes, la actual Albiceleste está muy lejos de las pasadas y Messi no es todo el equipo.

Gonzalo Higuaín, Sergio Agüero, Marcos Rojo, Lucas Biglia, entre otros, están muy lejos de ser los mejores futbolistas de Argentina, pero la ausencia de ninguno de ellos provocará lo que la de Messi.

Sin "La Pulga", en la cancha, la expectativa nunca será igual; incluso, las marcas que patrocinan a la Selección no ofrecerán lo mismo sin una estrella de su categoría.

 
 
UN HOMBRE DE PELEA
 
La última derrota de Argentina dejó a Messi desencantado, tanto que abandonó el barco albiceleste, algo que parece increíble para un hombre acostumbrado a pelear.

El tercer hijo de la familia Messi Cuccittini nació el 24 de junio de 1987, en Rosario, Argentina, y siempre estuvo acompañado de la pelota. No importaba si el esférico era comprado o hecho por él, pues bolsas y medias se convertían en el material perfecto para fabricar una pelota.

Se llamó Lionel y no Leonel, por el gusto de su padre por la canción "Say You, Say Me", del cantante estadounidense Lionel Richie, que en aquellos años sonaba con fuerza después de ganar el Óscar por ser el tema de la película White Nights. Así que no es Leo, sino Lío.

A los 4 años, Messi ya jugaba en las canchas y el Abanderado Grandoli fue su primer equipo, por su cercanía con la casa de sus padres. Llegó a su sede para ver jugar a uno de sus hermanos, pero el plantel no se completó.

Salvador Ricardo Aparicio, un entrenador de 62 años, solicitó la presencia de Lionel.

"Lo pongo al lado de la puerta, cosa de que si se larga a llorar, estás tú al lado y lo puedes sacar", le dijo el DT a la familia Messi, ante la preocupación de que le dieran un golpe al pequeño.

Tiempo después, su padre, Jorge, se convirtió en entrenador de ese equipo.

"A los 4 años ya notamos que era distinto. Hacía jueguitos y dormía la pelota en la punta del botín, no podíamos creerlo. Un poquito más grande, jugaba con los hermanos, que le llevan 7 y 5 años, y los bailaba. Es un don, es algo que nació con él", dijo el padre de la "Pulga" para El Gráfico, en 2003.

Su vida en las canchas progresó hasta la prueba de fuego que le puso el destino: un problema de la hormona de crecimiento provocaba que fuera más pequeño que los niños de su edad.

Los 900 dólares al mes que costaba un tratamiento fueron absorbidos un año y medio por la empresa en la que trabajaba su padre, pero después se acabó el apoyo.

El Newell's Old Boys, equipo de Messi, decidió no apoyar al muchacho, así que de inmediato su padre acudió al River Plate, que le pidió que solicitara los papeles de Lionel al conjunto rojinegro.

Entonces el club rosarino ofreció 200 pesos para el tratamiento del futbolista, pagados a cuentagotas y estirones.

Finalmente, Jorge decidió llevar a su hijo a España. Una tía de Lionel fue el contacto para que pudieran viajar a Lérida, una ciudad cerca a la sede del Barcelona, equipo que lo venía siguiendo.

Lío hizo pruebas y se quedó, así que los blaugranas pagaron el tratamiento de hormona de crecimiento que requería. Diariamente, Messi se ponía una inyección, un día en una pierna y al siguiente en la otra.

"Cuando me fui, lloré mucho, lloraba por todo lo que dejaba en Argentina, pero al mismo tiempo tenía una ilusión y sabía que era lo mejor. Me encerraba en la pieza y lloraba. No quería que mi papá me viera. Extrañaba mucho", recordó Messi, en entrevistas con medios argentinos.

En 2001 firmó su primer contrato con el Barsa y su papá se quedó en España como informador de partidos.

Sin embargo, el tratamiento original comenzó a mostrar pocos resultados esperados, así que se decidieron por uno más costoso y fuerte. El resultado fue un crecimiento de 29 centímetros de estatura en 30 meses.

En sus primeros años con el Barcelona hubo quienes trataron de llenarle el oído, como Arsene Wenger, DT del Arsenal, de Inglaterra.

También fue tentado para jugar para la Selección de España, así que Argentina aceleró su convocatoria.

Jorge buscó a Hugo Tocalli, técnico de la Sub 17 argentina, a quien le hizo llegar unos videos de su hijo, con el objetivo de que lo llevara al Mundial de la categoría, en Finlandia 2003, pero no le hizo caso. Curiosamente, la Albiceleste fue eliminada por España en esa Copa del Mundo.

Fue en un amistoso con la Sub 20, contra Paraguay, cuando debutó con la camiseta de su país. Argentina ganó 8-0, Messi anotó un gol y tuvo dos asistencias.

En 2003 el Barcelona lo blindó y un año después llegó su debut en Primera División. A los 16 años, se convirtió en el futbolista más joven en la historia del club.

El resto es historia.

 
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