¿Y la credibilidad?

Fernando Von Rossum
en CANCHA


Amables aficionados: nunca en todos mis años de cubrir la NFL había visto un artículo tan fuertemente crítico de esa organización.

Lo que escribió Charles P. Pierce hace un par de semanas en Sports Illustrated fue duro y a la cabeza, incluso lo leí varias veces para comprenderlo bien. El ataque es a la Liga, pero realmente es su cabeza, el comisionado Goodell, quién recibe los dardos

envenenados del columnista.

El tema central vuelve a ser el de las conmociones y sus secuelas. Pierce alega que la NFL constantemente rechazó los resultados de las investigaciones, negándolas, disminuyéndolas, y al final persiguiendo al portador de las malas noticias, el Dr. Bennett Omalu, como se vio en la película reciente.

Cito a Pierce: "el comisionado Goodell ha sido peor que incapaz de manejar esta crisis. Construyó una villa Potemkin a su alrededor, un edificio de negaciones y engaños que ahora se deshace en polvo. Si se va a manejar una empresa multimillonaria que conlleva un altísimo riesgo para sus participantes, hay que hacerlo con completa transparencia médica y legal".

El autor llega a comparar este asunto con el infame escándalo llamado del Tea Pot, cuando en 1921 la administración del Presidente Warren Harding cedió unas licencias para buscar petróleo a menor costo y sin licitaciones. El congreso investigó y eventualmente el Secretario del Interior fue a prisión.

Hoy en día, un reporte del congreso critica severamente a la Liga porque después de donar millones para investigación a los Institutos Nacionales de Salud para estudiar los efectos de las conmociones, la NFL (Goodell) trató de falsear los resultados y dirigir el dinero hacia un doctor relacionado con la Liga.

"Dicho simplemente", continuó Pierce, "la NFL ha perdido toda credibilidad en cualquier tema de moral y ética, su sentido de responsabilidad se ha atrofiado hasta la nada, y solo quedan algunos vestigios de su conciencia pública".

Para rematar, Pierce comenta sobre las similitudes entre lo que Alemania Oriental hizo a sus atletas sin decirles, llenándolos de químicos nocivos que les causaron cáncer, adicciones y defectos de nacimiento de sus hijos, y la Liga escondiendo los resultados mortales de los efectos de las conmociones. "Este rechazo de datos científicos, continuó, se mantiene ahora en el patético caso que persiguen sobre un balón desinflado de Nueva Inglaterra".

No me percaté de ninguna aclaración o contestación por parte de la Liga. Es difícil hacerlo cuando estás noqueado en el piso. Por ahora, hacemos una pausa...

 
fvonrossum@reforma.com