CALIFICACIÓN 5.0
Desafortunadamente el silbante uruguayo Andrés Cunha comete dos errores garrafales que inciden en el resultado del Brasil-Perú.
Al 44' no quiso sancionar el penal cometido por Renato Augusto al darle una patada a Edison Flores y luego al 75' concede el gol del triunfo de los peruanos, no obstante haber sido conseguido con el antebrazo del jugador
inca.
Lo más grave de esta decisión es la actitud del juez central y del asistente, ya que por medio de la diadema estaban recibiendo instrucciones de "alguien" para decidir si concedían el gol o no. Qué tristeza que quieran árbitros robotizados.