Que venga el siguiente

Francisco Javier González
en CANCHA


Al medio tiempo del partido en San Diego, las miradas admirativas sobre Juan Carlos Osorio se transformaron.

Había "ganado" la desconfianza de muchos por su nuevo experimento: 40 jugadores en seis partidos. Ahora siete. Y todos, con alineaciones diferentes.

Que el técnico nacional toma riesgos como si tuviera red de protección es cierto. Y es natural y es conocido.

Pero

sucedió que contra Chile se topó con el más calificado de los adversarios con los que hasta ahora se ha medido.

Aún incompleto en su cuadro titular, aún con severos problemas financieros que le aquejan, el equipo andino tiene mucha clase.

Si en la manera de tomar los cubiertos en la mesa se nota la educación de la gente, el manejar un balón en el campo de juego ofrece los mismos efectos.

No obstante la fiereza de algunos como el "Pitbull" Medel -nunca un apodo estuvo mejor puesto- o los excesos de Arturo Vidal que es tan genial cuando posee el balón como insolente cuando no, los chilenos están educados para tratar bien la pelota y atacar con verticalidad y genio.

Desde la llegada de Marcelo Bielsa que inició el desfile de cuatro técnicos argentinos al hilo en los últimos nueve años hasta el arribo del actual Juan Antonio Pizzi, los chilenos han desarrollado un paladar que a veces es tan exquisito como sus vinos.

México no se llevó una buen castigo antes del descanso por mera obra de la casualidad. No tomó el balón, la posesión habitual desapareció, naufragó en todos sus intentos por rescatarse.

La entrada de Guardado y Aquino para el complemento, más el ajuste en medio campo, cambiaron la situación. Andrés y Javier son de esos extinguidores que hay que romper siempre en caso de emergencia. Tienen el futbol que la mayoría no tiene, y la madurez -sobre todo de Guardado- que permite cambiar rumbos.

Como los ensayos sirven para ensayar, no hay que llevar más allá lo que vimos anoche.

Pero lo numérico sí que constituye una herencia: 19 partidos sin perder con nueve victorias al hilo, ningún gol aceptado en la era de Osorio, 15 partidos anotando por lo menos un tanto y un nuevo récord histórico de imbatibilidad: el que poseía Rafael Puente de 722 minutos a principios de la década de los 70, fue superado por nueve minutos entre cinco diferentes arqueros.

El gol de "Chícharo" en su cumpleaños rubricó un momento envidiable para cualquiera. Viene un examen más serio para el que el Tri parece estupendamente preparado con todo y las lecciones que le habrán permitido aprender.
 
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