Mañana se juega la Gran Final del Torneo de Clausura 2016 de la Liga MX.
Después de un "primer tiempo" en el que el Pachuca sacó una ventaja que se quedó muy corta para reflejar su amplia superioridad, se jugará en la cancha de los Rayados un segundo que podría ser muy distinto.
Además de un error arbitral que les escamoteó un penal a favor, los Tuzos generaron el juego necesario
para obtener una mayor ventaja y tuvieron la oportunidad de darle a este duelo de 180 minutos un rumbo casi definitivo, pero a final de cuentas debieron conformarse con la mínima diferencia sobre el equipo que antes de la Liguilla había sido claramente el mejor de todos.
Un poderoso pero aletargado Monterrey que mañana, para revertir las cosas, estará obligado a jugar mucho mejor y de otra forma.
Por lo pronto, en los italianos lares, hoy se jugará por otro título, por el de mayor prestigio en el mundo a nivel de clubes.
En su camino hasta esta Final de la Champions League que se llevará a cabo en el San Siro de Milán, el Real Madrid y el Atlético se toparon con adversarios cuyo grado de dificultad era radicalmente opuesto.
El Real Madrid, sólo con rivales de baja estatura (y quizá alguno de mediana) en el ámbito europeo. Un camino francamente allanado por obra y gracia de los sorteos, una y otra vez favorables para los merengues.
El Atlético de Madrid, en cambio, se vio obligado a medirse con los mejores, y en fila eliminó a tres campeones de sus respectivas ligas: PSV, Barça y Bayern.
A diferencia del impredecible conjunto de Zidane, la escuadra de Simeone domina a la perfección a lo que juega; y sin embargo, por el poderío de su plantel y porque su "techo futbolístico" es evidentemente más alto, el Real Madrid se presenta como un ligero "favorito natural".
¿El Real allá y el Monterrey acá?
¿Colchoneros hoy y Tuzos mañana?
¿Uno y unos?
En realidad lo más probable es que quién sabe... y sólo resta esperar que se impongan los que mejor jueguen.
gomezjunco@mural.com
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