"Confiar en que el oponente te informará cuando rompe una regla del juego es como esperar que se mofara de su corte de pelo".
Historietas del Hoyo 19, recopiladas por Slice McDivot
Con el ex Presidente de México Gustavo Díaz Ordaz se hizo famosa la frase "Esa corre, licenciado".
Cuando visitaba los campos de Guadalajara, su caddie quería quedar bien y echarle
porras al licenciado hasta cuando las topeaba. Había que ser muy atento con el primer golfista del País. Desde que Díaz Ordaz fue Presidente, México no había tenido otro que le gustara jugar golf hasta que tomó las riendas Enrique Peña Nieto.
Para los que andamos en los campos de golf por aquí y por allá nos damos cuenta de que el Presidente está dejando divots en los fairways en México. Sus campos preferidos están en Punta Mita, Nayarit, y los frecuenta en sus vacaciones, pero también va al de Fonatur, Litibú.
Hace unas semanas jugó el renovado campo de Huatulco y antes había jugado en Quivira, en Los Cabos. También juega alrededor de la mega metrópolis en campos como Ixtapan de la Sal y hace 10 días jugó 18 hoyos en el Club Campestre de la Ciudad de México.
Recuerdo cuando Manuel Lapuente pidió para el Mundial Francia 98 la estancia de la Selección Nacional en un hotel que tenía campo de golf y, en los tiempos libres, sacaba el estrés tratando de hacer pares.
Lapuente se llevaba a varios futbolistas y les explicaba las benevolencias del golf y cómo podrían aprender a mejorar su futbol si conocían el golf. Varios seleccionados de esa generación tomaron en serio el consejo. Eso sí, al pobre entrenador se lo acabaron los medios por mostrarse jugando golf, algo que nunca entendí.
Tampoco entiendo por qué Peña Nieto no muestra esa preferencia abiertamente y permite a los mexicanos saber cuál es su deporte preferido.
El golf es un deporte, aunque no sea para todos, muy sano. Por jugar golf podría cambiar una de esas cumbres con Barack Obama (handicap 18-20) de un escritorio a los fairways. Bien se dice que el campo de golf es un buen lugar para hablar de negocios por ser una oficina neutral y, además, tiene la ventaja quien tiene menor handicap.
Se rumora que Peña Nieto toma su juego con formalidad y en su handicap se refleja, al tener 13. Cualquiera que juegue golf alrededor de ese handicap sabe que para mantenerlo se requiere dedicación.
Ustedes dirán que ando siguiendo o pretendo balconear a nuestro Presidente por jugar golf. Pues sí, porque es un gusto saber que su deporte preferido sea el golf.
Algunos en este País piensan que los políticos o las figuras pecan al jugar golf y no deberían porque no es un deporte para todos, pero es mejor ver a un Presidente sacar los doble-boogies y todo lo malo, relajándose en sus tiempos libres en un campo de golf que pasarla encerrado, tenso, haciendo las malas jugadas, los sapos y shanks en la oficina que dirige.
Hasta el próximo green.
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