San Cadilla
en CANCHA


El papel de México en Río
 
Faltan menos de 100 días para los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro, y las autoridades deportivas mexicanas brillan por su falta de seriedad.

A estas alturas de la fiesta, en Olímpicos anteriores, la Comisión Nacional del Deporte asumía responsabilidad sobre el desempeño del deporte nacional. Alfredo Castillo, por el contrario, se niega a hacer

compromiso alguno sobre el papel de la delegación mexicana en la máxima justa deportiva.

¿Dónde, sino en unos Juegos Olímpicos, se puede medir mejor el trabajo de los encargados de promover el deporte de un país?

Sin programas, sin planeación, regateando el apoyo a los deportistas en medio de una batalla campal por el control del negocio del deporte, lo último que interesa hoy a la Conade es rendir cuentas de su trabajo.

Así que no esperemos mucho de lo que pueda conseguir en Río.

 
 
Amigo venenoso
 
De la que se salvó Francisco "Cachis" Rivera, delantero del América, cuya amistad con Adrián Marín ya estaba resultado demasiado tóxica.

No crean que fue de a gratis que la directiva de las Águilas optara por regresar al joven con la escuadra chiapaneca, pues sus andanzas y hazañas llegaron a oídos de los que toman las decisiones.

Cuando Marín llegó al cuadro azulcrema, de inmediato hizo click con el "Cachis" Rivera y se fueron a compartir departamento, en el que las fiestas eran una tradición de cada ocho días, además de que siempre había con qué brindar ¡y bien!

Con ese tren de vida, Marín no tardó en seducir a varios canteranos americanistas, que cayeron rendidos ante la invitación a vivir, como diría mi abuelita, que en paz descanse, los "excesos de la juventud".

Qué bueno que Alex Díaz metió freno de mano y que su familia siempre ha estado detrás de él, porque si no habría terminado por sucumbir al llamado del destrampe. Afortunadamente, se dio cuenta a tiempo de que esto no iba a llevar a nada bueno y no les hizo el caldo gordo a Rivera y Marín.

Hoy, el "Cachis" aprendió su lección, se cuida más y al menos Nacho Ambriz ya lo considera para ir a la banca, todo lo contrario de lo que ocurrió con Adrián Marín, que hoy está separado del plantel de Jaguares porque le dio por postear sus hazañas etílicas en las redes sociales, además de que ya se habían presentado otros problemas internos porque se sospechaba que llegaba en estado inconveniente a las prácticas chiapanecas.

 
 
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