"El Masters es el perfecto ejemplo de lo que es la presión en el golf y cómo su importancia puede hacer que uno se desconozca a sí mismo".
Joe Inman, profesional de golf
"El Masters inicia el domingo en los segundos nueve hoyos", es un dicho que por los antecedentes anuales se hace cada vez más verdad.
A partir del hoyo 10 de la última ronda cualquier jugador
que se encuentre a seis golpes puede cambiar el destino. Los gritos y reacciones de la galería por las jugadas espectaculares como por los desastres se escuchan a través de los corredores.
El domingo pasado no fue la excepción, después de 63 hoyos, Jordan Spieth había abierto una ventaja de cinco golpes sobre Danny Willett, aunque prendido de un hilo muy frágil porque en su juego largo estaba fallando a la derecha. Parecía que le alcanzaría para refrendar el título porque había salvado todo, embocando los putts de tres metros y menos.
En el hoyo 10 pegó a la derecha una vez más con la salida, su segundo golpe fue a la trampa y no salvó el par, en el 11 hizo otro bogey.
En el intimidante par tres hoyo 12 volvió a fallar a la derecha, pero esta vez sí pagó muy caro al terminar su bola en Rae's Creek, decidió dropear su siguiente golpe en la línea diagonal hacia el fairway del hoyo 13, el acercamiento era muy incómodo porque estaba en bajada con el arroyo de frente y un green angosto y elevado. Su rutina estuvo apresurada y se fue al agua una vez más para terminar con un desastroso cuádruple-bogey.
En 35 minutos, la ventaja de cinco pasó a ser desventaja de tres golpes.
Spieth ya no pudo rehacer la magia de los primeros 63 hoyos y dejó el camino libre para que el desconocido Willett (para los de este lado del Atlántico), pero uno de los jugadores más consolidados de la Gira de Europa, se colocara el blazer verde en su segunda aparición en el Masters.
La tradición hizo de Spieth una víctima más, que por más que tenga un récord impresionante en los Majors recibió un golpe anímico de gran fuerza. Sus actuaciones en los siguientes Majors nos dirán si salió fortalecido o la herida quedó abierta.
COINCIDENCIA
Y ya que estamos hablando del Masters, quiero contarles que el primer mexicano en participar en uno fue Juan Antonio Estrada, quien jugó la primera ronda un jueves 5 de abril de 1962.
Hoy en día pocos saben quién fue a quien yo llamé "Maestro" porque enseñaba con el ejemplo y personalidad.
El "Maestro" convivió con la élite del golf mundial de sus tiempos, o sea Arnold Palmer, Jack Nicklaus, Roberto de Vicenzo y muchos más. Tuve la fortuna de estar cerca de él en mis primeros años de aprendizaje y compartir el honor de representar a México en el Mundial Amateur de 1976 y la Copa de la Hispanidad, donde nos llevó de la mano al triunfo.
Fue él quien puso a México en el mapa de golf con su vasta carrera amateur, y sus triunfos le valieron para recibir la prestigiada invitación al Masters de parte del mismo Bobby Jones (cofundador de Augusta National Golf Club).
Para Estrada, el Masters era "el torneo" y justo aguantó hasta el inicio de la primera ronda, así, el martes 5 de abril del 2016 se pudo ir tranquilo. Se nos adelantó a mejores fairways. Descansa, querido "Maestro".
Hasta el próximo green.
rafaelalarcongolf@gmail.com
Twitter: @ralarcon2009