Amables aficionados: iniciamos con dos correcciones sobre la columna de la semana pasada. Primero, sí se aprobó la expulsión después de dos faltas graves, cuando yo escribí parecía que iban a diferir la decisión hasta la reunión de mayo. Segundo, la moneda actual de Brasil es el real, el Cruzeiro lo fue en su momento. Mis disculpas.
Entrando en tema, ya quedó muy claro cuál es el único
temor real que tiene la NFL, las conmociones y sus efectos personales, económicos y legales.
Con la descobijada que les dio el New York Times la semana pasada sobre el falseamiento de los datos en el estudio clave de la Liga, con el cual se han defendido por años aduciendo que las conmociones no son tantas ni tan graves, la Liga descendió, según el Times, al nivel de las tabacaleras en su tiempo, negando los efectos del cigarro en el cáncer de pulmón.
En el mencionado estudio convenientemente desestimaron más del 10 por ciento del número total de conmocionados, incluyendo los muy conocidos Troy Aikman, Steve Young y Wayne Chrevet.
Ahora se entiende la persecución al Dr. Bennett Omalu por sus descubrimientos de la Encefalopatía Crónica Traumática, y las declaraciones recientes de tres dueños, Jerry Jones de Dallas, Bob McNair de Houston y Jim Irsay de Indianápolis, negando los efectos de los golpes y la ECT. Es lógico, están defendiendo el negocio.
Este es el Talón de Aquiles de este deporte. Con cada vez más información, ayudas técnicas, pruebas médicas y autopsias condenatorias, la NFL está ante una encrucijada. ¿Qué hacer ante un panorama de éxito y expansión de su deporte, con cada vez más altos índices de aceptación entre los aficionados, y esa nube negra que crece sobre su cabeza?
Porque no se trata de reemplazar rodillas o caderas, el daño al cerebro causa locura, senilidad y muerte, algo que no se contemplaba hace algunos años. ¿Pero qué se podía esperar de atletas cada vez más fuertes, pesados, y veloces en constante choque violento?
Las respuestas son tímidas porque quizá no las haya. Ahora las patadas de salida que lleguen a la zona de anotación saldrán a la yarda 25, desalentando los regresos. Quién sabe como será el futuro de este tema.
Finalmente, esperando un abril tranquilo en la Liga, les doy y me tomo, un descanso. Estaremos de regreso, DM, el 4 de mayo. Mientras tanto, hacemos una pausa...
fvonrossum@elnorte.com