Este viernes la Selección Mexicana medirá fuerzas y debilidades con su nada similar representativo de Canadá.
Con un camino ya francamente allanado en este cuadrangular, penúltima fase eliminatoria rumbo al Mundial de Rusia de 2018, sólo es cuestión de saber cuándo y cómo los tricolores se instalarán en el Hexagonal Final.
En circunstancias normales, dos triunfos ante los limitados
canadienses (uno este viernes a domicilio, y otro el próximo martes en el Azteca) deberían ubicar con mucha anticipación a la escuadra mexicana en esa última fase.
Pero como todo lo relacionado con nuestro futbol está lejos de la normalidad, nadie puede garantizar esas victorias por más que la distancia futbolística entre ambas escuadras sea enorme.
Porque en esta ocasión, por ejemplo, dicha distancia podría no verse cabalmente reflejada en la cancha, entre otras cosas por obra y gracia de la cuestionable lista de convocados elaborada por Juan Carlos Osorio.
Una lista plagada de jugadores que alguna vez FUERON (como Rafael Márquez), o que tal vez algún día sean (como Cándido Ramírez), o que nunca han sido (como Alejandro Palacios), pero que en este momento para nada SON de nivel de Selección; como sí lo son varios de los hoy ausentes, como José Juan Vázquez, Luis Montes, Jonathan Orozco, Carlos Vela u Oribe Peralta.
Aun así, podría cumplirse sin mayores dificultades con este trámite canadiense; e incluso un elemento como Márquez, jugando en la contención, podría hasta lucirse haciendo valer su sentido de ubicación y su capacidad como pasador, últimas cualidades que se pierden en la cancha.
Pero al margen del resultado, ya es hora de pedirle al técnico tricolor (de que se lo exijan quienes pueden y deben exigirlo) que deje de inventar y solamente convoque a los mejores futbolistas en las respectivas posiciones.
¿No hay en estos momentos en el futbol mexicano por lo menos CINCO jugadores mejores que Márquez, Palacios y Cándido en la posición de cada uno de ellos?
¿Qué síndrome afecta a los directores técnicos del Tri, que una y otra vez se empeñan en hacer como que ven lo que nadie más "logra" ver?
¿Y si en lugar de inventar sobre lo que ven se pusieran a observar mejor lo visto y a decidir con sensatez sobre lo observado?
Entonces, otra Selección habría.
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