"Tengo habilidad para jugar golf, pero aprendí rápido por practicar mucho y tener un buen instructor como Peter Kostis".
Mark Calcavecchia, profesional de golf
El crecimiento de cualquier deporte depende del trabajo de promoción y el desarrollo de interés que se haga desde la base.
En el caso del golf, su inicio está en los clubes con campos, ahí es donde
nacen los golfistas.
Las asociaciones regionales y la Federación Mexicana de Golf hacen una función complementaría de suma importancia.
Para los clubes, la promoción del golf es más que vital, ya que dependen del interés por el deporte para atraer a posibles clientes o socios, pues el costo de construir un campo y su mantenimiento implica sumas elevadas para cualquier club de golf.
Hacerlo bien o no es la razón por la cual los clubes se distinguen, prosperan o batallan para sobrevivir.
Para promover el golf en su forma recreativa o para competir, los clubes requieren de programas permanentes de promoción externa, para atraer a nuevos socios, e interna, para interesar a los socios existentes con otros deportes.
Cada club crea su propia visión o señala qué espera para el uso de sus amenidades. Y sea que sólo pretenda incentivar el golf recreativo o impulsar el golf entre sus socios como medio formativo dentro en la competencia, la realidad es que en ambos casos dependen de un área de enseñanza sólida y bien preparada, los instructores deben saber bien cómo enseñar y promover el golf.
Entre los clubes es notoria la diferencia cuando existe la vocación de promover la competencia y los que permanecen quietos. Los clubes que están sobresaliendo en actividad y uso de instalaciones al final del día son aquellos que estimulan la preparación de sus instructores para que sus golfistas aprendan el valor de participar en torneos.
Impulsar el golf únicamente en su faceta recreativa no asegura una permanencia e interés por el juego a largo plazo, ya que el golf tiene esa competencia externa e interna con otros deportes y actividades.
A todos los clubes les conviene tener un buen número de rondas para justificar la inversión y activo. Además, para lograrlo, la mejor forma es que los niños practiquen desde temprana edad porque se enganchan mejor.
Enseñarlos a competir no implica que vayan a seguir el camino del alto rendimiento; sin embargo, está probado que quienes juegan y compitieron en golf desde pequeños se mantienen en el juego.
Una forma de identificar a los clubes con éxito en la enseñanza y sus beneficios se refleja en la participación de sus socios juveniles en la giras regionales en proporción al número de socios; y mejor le va aún a los que promueven la alta competencia, pues se multiplica el beneficio y se asegura el entusiasmo por el golf.
Hasta el próximo green.
rafaelalarcongolf@gmail.com
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