El deporte tiene uno de sus grandes encantos en una de las fijaciones que tiene el ser humano: el de comparar.
Es común saber quién gana más dinero, quién salta más, quién le agrada más a los padres, quién saca mejores calificaciones y quién tuvo más novias.
En la cancha, el marcador es la métrica más importante de todas: dice quién fue el mejor.
Luego vienen los números
menores que tienen carácter analítico e interpretativo: qué equipo tuvo mas el balón, cuál cometió más faltas, quién corrió mas kilómetros y quién acertó más pases. Esos números secundarios para el pragmatismo tienen utilidad para los expertos, pero no para la comparación máxima que no está sujeta a discusión: quién metió más goles y por lo tanto quién se llevó los tres puntos.
Las Semifinales de Concacaf y los resultados de la semana en Copa Libertadores de América alimentan el ego del futbol mexicano porque se sabe mejor que sus rivales.
El triunfo de Pumas en campo de un triste Olimpia -problema de ellos-, el desempeño y resultado del Toluca en cancha de San Lorenzo y la facilidad con que en el torneo de Concacaf los equipos mexicanos llegaron a Semifinales -desconociendo el resultado de Tigres al momento de escribir- certifican que hay una calidad competitiva en nuestros clubes que a veces no se valora como es debido.
No importa que el América esté luchando por reencontrarse, que Pumas de repente sufra, que Querétaro arrastre números rojos o que Toluca pase aceite en algunos tramos de la Liga. Ni siquiera que el fin de semana alguno o varios de ellos sufran las consecuencias del trajín. Cada quien con sus problemas y calendarios, tuvo suficiente para saldar exitosamente sus compromisos.
Santos Laguna fue demoledor frente a un rival que con varias figuras en su plantel debió dar más batalla. No resultó agradable ver al Galaxy de Los Angeles arrastrando la cobija con todo y Gio en el campo. La MLS, cuya actividad terminó hace semanas, no tiene a sus equipos en ritmo y está pagando la factura de tener un calendario distinto al convencional en casi todo el mundo en las fases decisivas del torneo de Concacaf.
Sin saber que deparará el resto de ambos torneos, por lo pronto los representantes mexicanos sonríen y despejan obstáculos para llegar a la tendencia que no marca error: el dominio absoluto en su zona geográfica y la notoriedad en el Cono Sur.
El regreso a la Liga nos traerá partidos intensos e interesantes que deberán avalar pese al cansancio de los seis equipos que jugaron a media semana, esa calidad no reconocida cabalmente.
Por lo pronto, la misión de carga internacional está cumplida: la comparación nos ha vuelto a favorecer.
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