Cuestión de honor

Francisco Javier González
en CANCHA


En Zurich hace frío. Llueve y en cualquier momento empezará a nevar.

Eso no es extraño para sus habitantes. En ciertas épocas del año es el vestido conocido para la capital financiera y cultural del país, tan ocupada con sus célebres bancos y también a últimas fechas con una trama de corrupción y misterio que parece salida de las páginas de una novela de Agatha Christie.

Tras 112

años de vida, la FIFA hoy vive bajo sospecha. No hay un solo expediente que no invite a pasar revisión; no hay una sola actitud, un guiño que no haga subir la guardia de los cinco candidatos a la presidencia del organismo, que será votada y definida mañana.

De los aspirantes, todos ellos desconocidos para el aficionado de a pie del futbol mundial, aparentemente solo dos llegaran a una última ronda que se presume cerrada y decisiva: Gianni Infantino y el Sheikh Salman ben Ibrahim.

El primero de ellos tomó el lugar de Michel Platini, herido de corrupción en el combate: ante la imposibilidad de que el presidente de la UEFA mantuviera su candidatura por un depósito de Joseph Blatter no declarado de 2 millones de francos suizos.

Infantino, cuya mayor visibilidad sucede en los sorteos de grupos de la Unión europea, es un abogado ítalo-suizo, políglota de cinco idiomas -entre ellos el español- y visitó en su campaña 70 países. Es apoyado aparentemente por toda Europa y también por el bloque sudamericano. No se sabe por quien torcerán los países de Concacaf -votarán de manera individual- que podrían ser decisivos.

Infantino tiene poco mas de 7 mil seguidores en Twitter, aunque son 139 los que le interesan: con esa cantidad de sufragios favorables sobre los 209 posibles -dos terceras partes- habrá conseguido el triunfo.

África tiene el mayor número de afiliados y votarían en bloque por el Sheikh Salman, miembro de la familia real de Bahrein. Pero el propio Infantino asegura haber convencido a la mitad de los países africanos para cambiar su preferencia.

Presidente de la Confederación asiática, goza del 50 por ciento de posibilidades de victoria según los analistas internacionales. Infantino tiene el 40.

Está acusado por participar en actividades contra los Derechos humanos en la primavera árabe de 2011 y de no haber ayudado a sus propios futbolistas encarcelados con malos tratos durante tres meses por malos resultados.

Con cinco cancelaciones de contrato de siete patrocinadores -déficit de 93 millones de euros- y un descrédito jamás alcanzado por la FIFA, llegó el momento de reformar, renovar y limpiar.

Cada voto deberá ser hecho en plena conciencia de ello. El honor por recuperar está en juego.
 
fjgonzalez@reforma.com
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