El Continente reparado

Francisco Javier González
en CANCHA


La Copa América del Centenario, rescatada de sus estertores por la crisis directiva que dejó a varios títeres sin cabeza, es ejercicio de una sola vez.

O por lo menos eso se dice. La edición extraordinaria que no alterará el orden de las siguientes sedes -Brasil 2019 y Ecuador 2023- honrará por fin el origen de su nombre. Se jugará con equipos de todo el Continente y no solamente de su

cono sur, donde están las 10 federaciones que la crearon y jugaron desde 1916.

La cercanía que nos permiten los adelantos tecnológicos hacen que las distancias geográficas desaparezcan, por lo menos virtualmente. Y también permiten lanzar preguntas diferentes a las tradicionales.

¿Será que Conmebol ya se percató de que vale la pena no sólo invitar a México y algún otro país de zona ajena porque eso le ofrece dinero y patrocinadores, sino que también esos equipos le animan sus torneos? ¿Que ante la crisis económica de varios de sus afiliados, el mercado de Estados Unidos y México le puede inyectar recursos que le están haciendo falta?

En principio, la aceptación sudamericana obedece a esos factores. En busca de su nueva identidad directiva, azotada por las realidades de la corrupción y el abuso de poder, probará en este torneo excepcional a jugarse en verano nuevas maneras de acercarse a los demás y salvar algo de lo perdido.

En lo deportivo, epicentro de todo, tanto Estados Unidos como México tienen ante sí una gran oportunidad: la de tomarlo en serio, poner a competir a lo mejor que tengan y hacerle ver a la legión sudamericana que sí hay con qué ponerle oposición y ganarle, que se pueden construir nuevas rivalidades que son las que generan interés de revancha y que más allá de la coyuntura, se pueden empezar a construir clásicos diferentes y de buen alcance.

Nadie la tendrá fácil pero entre el Tri y el equipo de Klinsmann hay diferencias sensibles. El grupo de México es mucho mas accesible y parecería gozar de mejor momento. El de los primos, en plena reconstrucción, durísimo de ganar.

Uruguay es el equipo más campeón de la historia en la Copa América y es el primer adversario de México. No es que Jamaica y Venezuela se puedan engullir sin hervir, pero sí son equipos menos poderosos que Colombia, Costa Rica y Paraguay, oponentes del anfitrión.

Pero este torneo de dos dueños de casa -el Tri también es local para efectos prácticos- es el único hasta ahora en la historia, excepto cuando han organizado Mundiales, presenta esa condición.

Para que no pasen otros 100 años y veamos algo igual, la Copa América del Centenario tiene un reto que cumplir: convencer a todos que ha crecido en el norte para agradar y vencer. No es poca cosa, pero es posible. Ahora o nunca.

 
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