Merecidamente perdedor

Francisco Javier González
en CANCHA


Los temas que se eligen para charlas en la sobremesa son los que representan novedad, los que se salen de la rutina.

Hablar hoy de lo mismo de ayer o de antier resulta aburrido; aporta poco. Salvo que como en el caso de las Chivas, lo novedoso no es que siga sin ganar, sino la medida en que se sigue hundiendo en la Tabla de Cocientes semana a semana.

Existen algunos equipos de la

Fecha 6 que no hubieran merecido perder de acuerdo a lo que sucedió en sus partidos. Pero que a fin de cuentas permiten encontrar explicación en sus derrotas.

Así, Tigres perdió frente a Xolos porque en un momento tempranero y determinado del partido, recibió un gol increíble y lleno de desventura, y a los pocos segundos le expulsaron a un jugador.

El Puebla era dominado por el Pachuca pero encontró no solamente uno, sino dos goles demasiado pronto. El trámite del partido se hizo muy vivo, agradable, con espacios. Y el resultado inesperado que se escribió cerca del principio, dio paso a otra historia. Un autogol, un penal a favor no marcado, un descuido de Campestrini y algo de mala suerte, le dieron la vuelta al marcador para después desplomarlo.

En una semana de decisiones difíciles para los árbitros e influencia de los porteros para bien y para mal, vimos algunos partidos en que cualquiera de los rivales pudo ganar.

Pero no fue así en el de las Chivas.

Pese a un inicio razonable como el que suele ofrecer, el Guadalajara fue copado por un ordenado León que se fue convenciendo de su propia posibilidad de ganar.

Metió el doble de centros, hizo el doble de disparos y marcó el único tanto del encuentro con una chambonada doble de la defensiva rojiblanca.

De sus últimos 13 partidos, Chivas ha ganado uno y acumula ya 10 sin victoria.

No sale de la crisis; la sufre de peor manera. Y hay partidos como el de ayer en que no se le ve por dónde pueda revertir. Las piedras que carga en la espalda son cada vez más pesadas y si no fuera por Dorados, que no pudo parar un plantel para por lo menos pelear, estaría en el hoyo. Y de no ser por el equipo que ascienda y por Monarcas que si empezara ya el próximo torneo tiene 13 puntos de desventaja por los torneos que se van a borrar -Chivas desaparece uno de ¡12 puntos!- tendría el panorama mucho más negro.

Lo único constante en Chivas es el cambio. Ya ni siquiera vale la pena recordar cuándo tuvo o no razón en hacerlos. Lo que necesita es sentar cabeza, decidir sabiamente y actuar con cordura y tino.

Que todo siga igual, ahora sí es noticia porque la consecuencia empeora todo en un equipo habitualmente decepcionante.

El café de la sobremesa sabe muy amargo.

 
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