Los esconden
Después del peor partido que las Chivas ofrecieron en la era de Matías Almeyda, el único jugador que dio la cara ante la prensa fue el capitán Omar Bravo, pero no porque los demás integrantes del equipo, ansioso y frustrado (así dijo Bravo, no volteen a verme) no quisieran hacerlo, sino porque se los impidieron.
Cuando los rojiblancos iban saliendo del
vestidor, que, por cierto, aquello estuvo muy parecido a un velorio, los elementos del departamento de prensa les indicaron a los futbolistas que no pasaran por la zona de entrevistas y que se fueran por otra puerta que dirige directamente al autobús.
¿No sería mejor que los futbolistas se hicieran responsables ante la opinión pública de lo que ofrecen en el terreno de juego?
No sé por qué esconden a los muchachos, porque a final de cuentas la cancha los desnuda y vaya que actualmente ha quedado tan exhibido su tristísimo nivel que Almeyda mandó un fuerte mensaje para aquellos que nomás no han rendido y que andan por la calle de la amargura.
Para el partido contra los Jaguares, el timonel, quien ya se siente mexicano porque come chile, tiene contemplados algunos cambios porque nomás no la ve clara.
Los que comerán banca muy seguramente serán, de entrada, Carlos Peña, quien lloró cuando anunciaron su traspaso del León al Guadalajara, y el portero Antonio Rodríguez, quien ya tiene en su cuenta personal varios errores que han costado goles en contra, el último en el partido de ayer, frente al León.
Por cierto, el Club Guadalajara podría darle luz verde a la Alerta Amber para encontrar al "Gullit", pues el muchacho anda perdidazo.
Bronca gratuita
Como diría la canción de Intocable: "¿Y todo para qué?". Eso se preguntaban ayer varios de los asistentes de Juan Carlos Osorio, DT de la Selección, al ver el papelón que ofrecieron las Chivas, con todos esos jugadores que les negaron hace una semana para el Tricolor.
Sobre todo porque el argumento de José Luis Higuera, el CEO de Omnilife, quien se aferró a que el técnico Almeyda necesitaba tener a los jugadores para entrenarlos y que le agarraran más rápido la onda a su picuda estrategia.
De plano ayer se vio que de nada sirvió retenerlos, salvo para dejar el precedente ante los demás clubes, de que son los rebeldes de la Liga MX, además de dejar agrietada la relación con Selecciones.
Eso y el hecho de que los que no fueron al Tri se quedaron agüitados, inconformes y ahora hasta amenazados de que podrían ir a la banca.
Claro, está como la excepción de Carlos Salcedo, quien sí acudió al combinado nacional, pensando primero en lo suyo y en que pronto se irá a Europa. Ajá.
Con toda esta crisis en la que ya se han metido, ¿valió la pena la negativa?
Sirve el regaño
A los que sí les hizo efecto el regaño que les dieron a principios de la semana pasada fue a los jugadores del Atlas, pues contra el Toluca mostraron una mejor cara, al grado que estuvieron cerca de ganar.
Los directivos Heriberto Ramón Morales y Alberto de la Torre platicaron fuerte con el plantel, pero en esta ocasión no se fueron contra los sueldos, sino que simplemente les dijeron, en una encerrona, que ya se pusieran las pilas.
¿Se acuerdan de que el torneo pasado les retrasaron el pago? Pues ahora cambiaron la dinámica y le está apostando a temas más motivacionales.
Digo, sé que con los Zorros se necesita algo más que ese tipo de dinámicas de superación, pero por lo pronto como que si les salió la jugada.
A ver si la llamada de atención les dura para el partido del sábado, contra el Pachuca, o de plano muy seguido se tendrán que realizar los jalones de ceja, patilla y oreja.
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