Buenos o malos

Félix Fernández
en CANCHA


Se dice que uno puede hacer el bien por interés y ser astuto... pero nunca por bueno. Vivimos estos días envueltos en la fascinación por la captura de un pillo que ha llenado el contenido morboso de todo tipo de medios de comunicación alrededor del mundo, mismos que muestran diferentes aristas de una combinación tan perfecta como inocente y tan increíble como conmovedora: la imponente actriz por

un lado y el narcotraficante fugitivo más buscado del planeta.

De inmediato aparecen las muestras de simpatía por la intención del capo de presentar a su madre con la diva, la demanda por adquirir las camisas que aparecen en sus entrevistas y la gente dentro de las poblaciones sinaloenses que se dice beneficiada por la generosidad del Chapo.

De inmediato surge también el cuestionamiento acerca de si la actriz era parte del "negocio", si sostenía un romance o si debe ser considerada como la heroína que dejó pistas para la captura del 8 de enero.

Parece irresistible hacer referencia a Robin Hood, aquel personaje que vivió junto a sus arqueros, entre los siglos XIII y XIV en el bosque de Sherwood, al norte de Inglaterra, quien vivía al margen de la ley. Opositor al sheriff y al príncipe, defendía a los pobres y oprimidos, despojaba y acaparaba la riqueza de los nobles para distribuirla entre los menos favorecidos.

El pasado 15 de enero se vivió un episodio muy penoso en los palcos del Estadio Luis "Pirata" de la Fuente de Veracruz: el diputado y dueño del equipo, Fidel Kuri, agredió al asesor de los árbitros Edgardo Codesal "con unos cuantos tragos de más", de acuerdo a declaraciones del propio Kuri.

Kuri ascendió a La Piedad y de inmediato mudó al equipo a Veracruz, ya que la plaza se había quedado sin futbol de Primera División. Desde entonces ha sido un equipo alegre, protagonista, con extranjeros de muy alto nivel y con presencia en las últimas dos Liguillas. Paralelamente, el también secretario de la Comisión del Deporte en la Cámara de Diputados, en diciembre pasado, lanzó una iniciativa en el Congreso contra la violencia en el deporte y para fomentar una cultura de paz dentro del mismo.

Hoy, en espera del castigo hacia el dueño del equipo, la afición de los Tiburones no sabe si apoyar o recriminar a Kuri, no saben si agradecer o maldecir a otro dueño cargado de poder y de contradicciones.

Al final de cuentas es un tema de poder y de poseer, de ser lo que se tiene, no lo que se es. Parece que quien tiene el poder lo tiene todo, pero en realidad no tiene nada, pues, en palabras de Fromm: "poseer y dominar un objeto es sólo un momento transitorio en el proceso de vivir... El sujeto no soy yo, sino que yo soy lo que tengo... el pensamiento subyacente en la afirmación 'yo soy yo' es 'yo soy porque tengo X'", explica en "Tener o ser".

La línea entre la bondad y la maldad puede llegar a ser demasiado fina para la percepción de la gente, aunque por supuesto: donde hay delito no debe existir la mínima duda. Al final de cuentas, debemos estar de acuerdo en que "no hay peor malo que aquel que se finge bueno".

 
 
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