Señoras y señores, qué curioso, Argentina, un país futbolero por excelencia, pero apasionado radical exageradamente, creador de las peligrosísimas barras, tiene al mejor futbolista del mundo y por mucho: espectacular, goleador, buena persona, ganador de torneos, que juega en el Barcelona y ¡le escupen! Por favor, ¿Dónde se ha visto eso?
¿Saben de quién es la culpa? De los clubes que
mantienen esas barras terribles, donde se involucran las mafias, asesinos y drogadictos.
¿Escupirle a Messi? Ni Mascherano, quien jugó para el River Plate, se los perdonará nunca. Qué afición, qué pena, excede su naturaleza competitiva.
Pero bueno, el Barcelona volvió a ganar el Mundial de Clubes, es el gran Barcelona, como dijimos la columna pasada.
Es curioso señalar que mientras el Barsa gana copas y copas, el Real Madrid le mete 10 goles al Rayo Vallecano.
La última victoria con doble dígito del Madrid se remonta a 1960. Imagine el tiempo que ha pasado para que logre esa goleada. No siempre se dan esas circunstancias ni se gana de esa forma.
Estamos en la parte final del año, una época para muchos nostálgica, de recuerdos agradables y otros no tanto, reuniones familiares y "salud". No de la buena, sino de la mala, pero bueno, hay de todo en la vida.
Recuerdo que hace un año le dediqué una columna a mi amigo Francisco Javier González, compañero de muchos años, y contestó de inmediato.
Hoy él me llama maestro. Gracias, Francisco. Deseo que te vaya muy bien, tienes la oportunidad de estar en una empresa que ha sido socio comercial de la FIFA, hoy en plena bancarrota, no comercial, sino ética.
Con Blatter y Platini condenados ocho años, un escándalo que tiene salpicada a la Concacaf, a la UEFA, a la Conmebol y a todo mundo futbolístico, bueno, pues en esa empresa pasaron nombres ligados a la Concacaf.
Están personajes como Joaquín Soria Terrazas, Guillermo Cañedo, que en paz descanse, quien compraba los derechos de comercialización y aparentemente los promovía ante muchos otros, hasta que una poderosa cadena de Brasil, como O'Globo, reventó ese mercado y compró directamente.
Por ahí también pasaron personas como Justino Compeán y Decio de Maria.
Si pudieras escarbar profundamente, aprovechando tu posición e inusualmente estar cerca de la élite y decir "salud", podríamos conseguir el gran reportaje del año sobre la corrupción que rodea todo ese mundo futbolístico de la Concacaf y que está ligado a tu televisora.
Yo sé que te gusta divertirte, pero con la ética en la mano.
Dudo mucho que la ética se desarrolle de esa manera, la ética está muy por arriba de la diversión.
Sin ser cómplice de lo que sea estaría muy complicado. Se es cómplice o no se es.
En el camino andamos y algún día nos daremos un buen abrazo. Por ahora "salud", salud de la buena, y también "salud" de la que tú conoces.
Gracias, Francisco, nos vemos, que sigas siendo un gran americanista como siempre lo has sido y ya no de clóset, como lo fuiste en alguna ocasión.
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