El Puma frente a sí mismo

Francisco Javier González
en CANCHA


La reacción de Memo Vázquez en la conferencia de prensa tras el sufrido pase de los Pumas fue de enojo. No le gustaron las preguntas sobre la falta de actitud de su equipo y prefirió levantarse e irse.

Darío Verón y otros jugadores universitarios hablan de que no jugaron bien, que América fue mejor y les quitó la pelota sin que ellos pudieran hacer demasiado. Tal vez durante la semana

puedan ponerse de acuerdo porque el diagnóstico es importante aun en la victoria. No es normal que el técnico lo vea tan diferente respecto a sus propios futbolistas.

América terminó teniendo un heroico consuelo.

Tras la debacle de la ida -también finalizada con nueve hombres- dejó la impresión que corresponde a un equipo de su raza: estuvo a punto de conseguir la hazaña teniendo los pronósticos, el campo y el marcador en contra.

La faltó tiempo, un gol... y también le faltó rival.

Ese es el asunto que debe analizar Pumas: teniendo a favor un marcador inmejorable de tres a cero, fue pasivo y casi se deja arrebatar el boleto. La fiereza del visitante no fue correspondida por al anfitrión, pese a lo que le alcanza para llegar a la Final, en la que estarán algo parecido a un padre y un hijo futbolístico en las bancas: Ferretti y Vázquez son algo así.

La versión sobre los insultos racistas de Verón sobre Darwin Quintero y la entrada de Cortés sobre Güémez serán peleadas por el América en los escritorios federativos: hay cosas que merecen corrección, que no deben pasar por alto y que, de ser comprobadas -en el caso de Verón-, exigen una sanción ejemplar.

Si a Pumas la actuación le duele menos porque logró su cometido, al Toluca la suya le provoca doble sufrimiento: se pasmó, quedó inmóvil y Tigres, que es un equipo con toda la barba, le arrebató el sueño de llegar a la Final pese a haber sacado el empate del Volcán.

Los norteños dan envidia a cualquiera: tienen plantel, poseen experiencia, saben del manejo de los tiempos, están en la Final y parece que ni siquiera han llegado a su tope. De ellos se puede esperar algo mejor para su siguiente actuación y tienen tal nómina que sus suplentes son codiciados para titulares en casi cualquier equipo de nuestra geografía. Llegan sin golpes en el rostro.

Pese a ello, Pumas no puede ser descartado. Ha hecho un gran trabajo y está ubicado en una Final que hasta hace pocos meses hubiera parecido ser un sueño guajiro.

Con pocas incrustaciones y un aprovechamiento óptimo de lo que tiene, fue líder de la Tabla, recibe el juego de vuelta y ha sabido resarcirse de los malos ratos sufridos contra Veracruz y América.

Tigres la ha pasado mejor. Pero la disputa por el título está abierta.

 
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