Generación ¿dorada?
Las nuevas generaciones en México se han acostumbrado a ver a los cuadros juveniles de la Selección Nacional siendo los protagonistas de los mundiales, al grado de elevarlos a la categoría de ídolos en el mes que dura la competencia que disputan.
Desde el 2005, año en que por primera vez quedó campeona una Selección Sub 17, las esperanzas de una afición por ver
el mismo fenómeno en el Tri mayor han crecido, tomando como el argumento más sólido que ese mismo grupo de jóvenes dorados, combinado con los de experiencia, nos darán la anhelada copa.
Sin embargo, pasan los años y el único argumento sólido que encontramos tras ver este fenómeno, es que a nivel juvenil, México es una potencia, pero al momento de dar el brinco al profesionalismo, todo se va por la borda.
LA PRIMERA CONQUISTA
El 2 de octubre del 2005 un grupo de jovencitos paralizaron a la distancia a todo un País, partiendo como desconocidos hacia Perú para el Mundial Sub 17. Poco a poco fueron captando la atención de la afición mexicana hasta que sus actuaciones los llevaron a la Final que le ganaron al poderoso Brasil para coronarse campeones mundiales por primera vez en su historia.
Ahí estuvieron Carlos Vela y Giovani dos Santos, también Héctor Moreno y Efraín Juárez, de los pocos jugadores que luego del logro se pudieron consolidar en la Primera División y representar dignamente a México fuera del País.
Pero otros elementos no tuvieron tanta suerte, oportunidades o continiudad, como lo quieran llamar, y no les quedó de otra más que la de vivir del recuerdo de un título antes de decirle adiós a sus jóvenes carreras.
Mario Gallegos, uno de los tantos canteranos que han salido del Atlas se quedó ahí, en la cantera, no recibió una oportunidad en la Primera División y cuentan sus allegados, que la soberbia luego de ganar el título mundial lo afectó. Se fue a Estados Unidos a buscar el otro sueño americano, para terminar jugando en Chicago en un equipo semiprofesional y en otro de futbol Indoor cuando el frío apretaba en el vecino país.
Aunque tal vez uno de los casos más llamativos fue el de Cristian Flores, el portero hijo del directivo de Mineros, Efraín Flores, quien no logró llegar a Primera División, conformándose con militar en el Ascenso, intentó ser entrenador de porteros en los Tecos y Pachuca, cuando su papá llegó a dichas instituciones, pero tampoco duró mucho en esa labor.
Lo último que hizo el "Pony" como también se le conoce, fue ponerse a trabajar como vendedor de seguros, dejando de lado los guantes y el balón y el sueño del futbol como muchos de sus compañeros de generación.
EL OTRO 'GIO'
Era el 2011, en la capital de Michoacán, Morelia. Un grupo de niños encabezados por el técnico Raúl Gutiérrez iniciaban un camino en el que tenía como destino último, disputar la Final en el Estadio Azteca y ganarla.
A diferencia de lo que sus antecesores en Perú 2005 habían hecho, sin muchos reflectores hasta que llegaron a la Final, ahora todos los ojos se postraron sobre ellos desde el principio, pues como locales eran los grandes favoritos y debían de emular lo hecho por la primera generación.
Dentro del grupo sobresalían varios talentosos, lo que sea de cada quien, el "Potro" fue capaz de conformar una Selección bien equilibrada, pero que tenía esa picardía con hombres que les gustaba encarar y que además de llegada tenían gol, ideal para revolucionar partidos.
Entre ellos, un elemento de las Chivas Sub 17 llamaba la atención, a pesar de no ser titular, porque a Gutiérrez le funcionaba más entrando de cambio, fresco y con el rival ahogado por las condiciones climatológicas y de altura en el País, se trataba de Giovanni Casillas.
Habilidoso volante, que jugaba como extremo, enganche o si se necesitaba de media punta, tenía todo para ser el crack del equipo, velocidad, picardía, encare, gol y hasta un carisma que sobresalía por el resto del grupo, que además, cuando era requerido vaya que cumplía.
El otro "Gio"-porque era inevitable no recordar a Giovani dos Santos cuando se habla del primer campeonato Sub 17 de México- dio muestras de su potencial apenas inició la justa en nuestro País. Marcó en total 3 goles, uno de ellos en la Final ante un Estadio Azteca repleto que acompañó a sus nuevos niños héroes en la consecución de una nueva gloria.
Y con su habilidad, talento, y jugando en uno de los equipos donde más oportunidad le estaban dando a los canteranos, todos suponíamos que más temprano que tarde, Casillas la rompería en el primer equipo del Rebaño.
Debutó en el Apertura 2011, un torneo después del título, de la mano de José Luis Real, después estuvo otros tres torneos en el Guadalajara sumando apenas 7 partidos, ninguno completo, y tal como pasa con las promesas fallidas, llegó su salida.
Algo andaba mal con el talentoso volante cuando se le vio llegar en un Audi del año al entrenamiento cuando apenas pertenecía la Sub 20, causando la molestia del cuerpo técnico y directiva que decidieron enviarlo a la MLS con Chivas USA.
Regresó y se fue como préstamo a los Jaguares, donde tampoco pasó mucho con él, salvo que decidió llevarse su Audi a Tuxtla Gutiérrez; ahora está de regreso en el club rojiblanco, pero entrena con Segunda División y no se ve para cuando le puedan dar una oportunidad en el primer equipo.
En esa misma escuadra, otro rojiblanco de nombre José Pablo Tostado también fue pieza clave para el título. El extremo volador que dio pase para gol en la Final ante Uruguay fue otro de esos talentos perdidos por cuestiones extra cancha.
Su padre, del mismo nombre,v fue procesado por crímenes relacionados con secuestros. El volante salió de las Chivas, aunque Jorge Vergara llegó a comentar que desconocían a lo que se dedicaba el padre del jugador y la razón por la que decidieron cortarlo fue por su rebeldía y por no querer estudiar, algo que era obligatorio para los elementos de Fuerzas Básicas rojiblancas.
FUTURO INCIERTO
Pero después de ese par de logros, en donde una generación puso la muestra de cómo hacerlo y la otra llegó para erigirse como los héroes de la Patria al ganar en casa, las cosas no han ido mejorando para estas selecciones, que si bien siguen siendo protagonistas, se están contagiando de su hermano mayor.
Recientemente vimos como la potencia Nigeria volvió a dejar en el camino al Tri en el pasado Mundial de Chile Sub 17, y aunque los rumores de que los africanos juegan con futbolistas que superan el límite de edad, esto nunca se ha comprobado y entre que son peras o son manzanas, los mexicanos ya son clientes frecuentes de los nigerianos.
Apenas salieron a la luz nombres como Kevin Magaña, Claudio Zamudio o José Gurrola, estos quedaron a un paso de la Final, pero de ellos dependerá no quedarse en una promesa más como la mayoría de sus antecesores.
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