'Exhiben' a Chacón
Tal parece que en la Comisión de Árbitros quedaron bastante tocados por el argüende que armaron sus ex agremiados.
Haciendo un poco de memoria, los silbantes despedidos por la FMF se quejaron amargamente de los privilegios de ciertos colegiados y apuntaron el dedo en particular a Francisco Chacón.
Si bien admitieron que a su juicio el silbante es el
mejor de México, también ventilaron que la Comisión lo consentía tanto que hasta le permitía arbitrar aun sin haber aprobado las pruebas físicas o pese a superar el índice de grasa permitido.
No sé si para evitar que esto se convierta en un chisme de lavadero, para limpiar un poco la imagen de Chacón o por mera casualidad, pero lo cierto es que el árbitro salió ayer en primer plano en las fotografías que difundió la Fede al anunciar la conclusión del segundo periodo de pruebas físicas para los colegiados, en las que todos salieron con una estrellita en la frente, según el organismo.
Por el bien de la transparencia, qué bueno que ahora que comienza la gestión de Héctor González Iñárritu al menos se informe de la realización de estas pruebas, para luego evitar que sus ex agremiados los agarren en fuera de lugar.
Lo que les faltaba
La decadencia en Cruz Azul anda gruesa en todos los aspectos y lo que pasa en la tribuna es muuuy triste.
Y no me refiero a la cantidad de butacas vacías en el Estadio Azul, sino a la bajísima calidad de la educación de la gente que ocupa las pocas que se venden cuando juega La Máquina -lo que ya es mucho decir en nuestro entorno.
Fíjense que durante el duelo entre Cruz Azul y Dorados del sábado pasado, la afición cementera no sólo dejó entrever su frustración con reclamos a su equipo y a Tomás Boy, el nuevo técnico.
Cuatro seguidores celestes que se ubicaban detrás de la banca local, se arrancaron desde los primeros minutos del partido con insultos en contra de los ecuatorianos Walter Ayoví, Segundo Castillo y Marcos Caicedo, a quienes en repetidas ocasiones llamaron "negros" y "monos", y todo porque superaban sin ningún problema en físico y velocidad a los centrocampistas y defensores cruzazulinos.
Lo triste del asunto es que, en lugar de que la gente que estaba por ahí llamara a estos tipos a la compostura, en el segundo tiempo ya era un grupito más numeroso el que lanzaba insultos a los jugadores de color del visitante.
Como justicia divina, el gozo se les fue al pozo cuando Christian Suárez marcó el gol del empate, porque ahí no les quedo otra que bajar las cabezas y dar media vuelta rumbo a la salida.
Ojalá que Cruz Azul y la Liga MX tomaran medidas en contra de estas acciones, en lugar de vender campañas contra el racismo que duran un par de semanas.
san.cadilla@reforma.com