Amables aficionados: que interesante pintan los dos encuentros de hoy que tienen como ingrediente extra el factor venganza, o cuando menos ajuste de cuentas.
El primero involucra el regreso a Heinz Field de Bruce Arians, otrora coordinador ofensivo de los Acereros, quién no sólo fue despedido de su puesto, sino que cuando el entrenador Mike Tomlin dio el anuncio del cese, añadió que Arians
se retiraba de su carrera como entrenador.
Nada por el estilo, respondió Arians, quien de inmediato fue contratado como coordinador ofensivo de Indianápolis, y terminó como entrenador en jefe interino cuando el titular, Chuck Pagano, tuvo que retirarse a tratar su leucemia.
Fue tal su éxito que fue firmado como entrenador en jefe de Arizona, y la campaña pasada estuvo cerca de desbancar a Seattle llevando marca de 9-1, hasta que se lesionó su mariscal Carson Palmer, concluyendo en ese momento de manera real su temporada.
Hoy regresa a su antiguo estadio al frente de un equipazo, un potente grupo de Cardenales que en su única derrota de la campaña dominaron a placer a San Luis. Que nadie piense que Arians no disfrutaría enormemente el derrotar en su casa a sus antiguos empleadores, y de paso recordarles sutilmente a los Rooney su error al despedirlo.
El otro juego está peor. Nueva Inglaterra visita a Indianápolis, el conjunto cuyo gerente fue el soplón de los balones supuestamente subinflados en el partido de campeonato del año pasado y que tanto dio de que hablar durante los últimos meses.
Por lo pronto, Indianápolis le costó a los Patriotas un millón de dólares de multa, la pérdida de una selección universitaria, además de una suspensión de 4 partidos a Tom Brady que todavía se ventila en los tribunales.
¿Ustedes creen que Bill Bellichick no lleva 270 días planeando su venganza? ¿Urdiendo, esquematizando, estudiando, diseñando estrategias para no sólo ganar, sino arrasar? Que encuentro tan tenso y lleno de dramatismo.
Para los Patriotas una oportunidad de demostrar que pueden ganar con los balones inflados a la presión que sea, y para los Potros la enorme satisfacción de quitarle lo invicto a sus odiados rivales.
Y lo curioso es que probablemente no será el último enfrentamiento entre ambos esta campaña. Como se ven las cosas, ahí estarán los dos en el playoff.
Finalmente, para Seattle hoy es un día crucial. Si llegaran a perder con el invicto Carolina, y se combina con una victoria de Arizona, esa división Oeste se definirá temprano.
Por ahora, hacemos una pausa...
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