Enrachados
Cuenta la historia que llega un tipo corriendo a su casa con un ticket en la mano: "¡Vieeeja, vieeeja, me saqué el Melate!".
La esposa ve el boleto, brinca de alegría, luego comienza a gritar de la emoción y sale corriendo de la casa muy emocionada... cuando pasa un 629 y la atropella.
El sujeto, que observa la escena, solo atina a decir: "¡Cuando
te enrachas, te enraaachaaas!".
Pues algo así es lo que está pasando con las Chivas de Matías "Martín" Almeyda, que al son del 2-1 se han recetado a sus últimos cuatro rivales -3 de Liga y uno de Copa- y ya son octavo lugar general.
Omar Bravo está jugando su mejor futbol desde el Atlas, el "Dedos" López se ha convertido en la revelación del torneo (parece que sí existe un mexicano que sabe centrar con el balón en movimiento), Osvaldo Alanís recobrando la confianza y el "Aris" Hernández por fin afianzándose.
Hay que darle el crédito a Almeyda; los jugadores le han comprado su discurso poético y ¡se la están creyendo! Bases y trabajo futbolístico ya los tenían con Chepo de la Torre, pero faltaba esa chispa.
Acá entre nos, en el vestidor se ha vuelto a sentir que disfrutan lo que hacen, le han recuperado el gusto al futbol y se están soltando y liberando; o sea, que han recuperado la autoestima futbolística.
Lo único raro es que Carlitos Fierro haya ido a la banca, el mismo que José Luis Higuera dejó claro en el correo electrónico que mandó a Néstor de la Torre que no lo quiere, pues anoche entró de cambio cuando el juego estaba empatado.
Ojalá que haya sido decisión total de Almeyda y no una indicación de más arriba.
¿Concentración?
No sé si supieron, pero el trabajo de Francisco Chacón el sábado en el Atlas-Veracruz quedó a deber, ya que entre penales no marcados y expulsiones, anduvo por la calle de la amargura.
Tal vez eso de las concentraciones no aplique tan rigurosamente para los árbitros, pero si a los jugadores se les exige evitar distracciones, no sé qué tan conveniente sea que los árbitros se den sus escapaditas.
A Chacón se le vio el viernes por la noche en un bar de Zapopan, allá por la zona de Bugambilias. No andaba repartiendo besos ni abrazos, como alguna vez lo hizo en la cancha, pero sí andaba relajando el cuerpo.
Erim Ramírez, en la entrevista que dice que no dijo lo que dijo sino todo lo contrario, deja claro que es uno de los consentidos de Edgardo Codesal y que le permiten cualquier cosa y todo indica que así es.
Ahhh, y por cierto, hablando de esas acusaciones.
Tremendo reto tendrá la Disciplinaria en sancionar a Juan Antonio Pizzi, DT del León que jaló en pleno partido al americanista Paulo Goltz cuando escapaba por la banda pegado a su área técnica.
Ya lo dijo Erim, a Grupo Pachuca hay que pitarle diferente porque si no, se les vienen problemas.
¿Les temblará la mano? ¿Algunas llamadas a los altos mandos arreglarán todo? ¿Quedará en una "anécdota" como cuando jugadores de Tuzos le hicieron sonidos de chango a otro árbitro?
Como dijo Stevie Wonder: ¡Ya veremos!
Lado humano
El ambiente que se vive en los Leones Negros es bueno y para prueba está lo que sucedió la semana pasada cuando el equipo estaba en Los Mochis, donde jugó dos partidos, contra los Murciélagos.
Pues antes del partido de Liga, Héctor Reynoso andaba nervioso y apurado, pues su hija tuvo que ser internada de manera urgente.
El zaguero se lo comunicó a Daniel Guzmán, quien de inmediato le pidió que abandonara la concentración y viajara a la Ciudad para atender a su pequeña. El detalle fue muy bien visto por el grupo.
Ahí la lleva la UdeG, pues marchan cuarto en el Ascenso, a 3 puntos de los líderes Lobos BUAP.
Así es que su filosa servilleta también le manda buena vibra a la familia de Reynoso, quien por cierto ya se presentó de manera normal a entrenar ¡Ánimo!
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