San Cadilla
en CANCHA


Vuelve Arroyo a las andadas
 
Me dicen que, oootra vez, Michael Arroyo anda en problema familiares.

Hace unos años tuvo que reconocer a una hija, a la que está obligado a pasarle una pensión mensual de 600 dólares, pero parece que al haber algunos retrasos, el tema será llevado hasta las autoridades de México.

Parece que al América lo persiguen los problemas familiares de

sus futbolistas.

Basta recordar el caso del Alonso Sandoval, quien hasta tuvo que dejar de jugar con las Águilas para evitar que su esposa en turno le quitara todo lo que ganaba.

Tampoco pudieron sustraerse a las broncas de Christian Bermúdez, quien vivió un infierno tras la separación de su primera cónyuge, en la que hubo gritos, sombrerazos y hasta agresiones de parte de la señora al "Hobbit", a quien hasta le puso la plancha caliente en uno de los brazos.

Ese tipo de broncas repercutieron en el accionar de ambos futbolistas, a los que les tocó salir del cuadro americanista.

Ahora, Arroyo tendrá que ponerle paz al tema de la pensión alimenticia que le exigen para dedicarse a lo suyo sin tener distracciones, porque, además, su carácter no le ayuda mucho, ni con sus compañeros ni con los aficionados, a quienes suele desdeñar cada vez que puede.

Está bien que, como reza el dicho, "la burra no era arisca...", pero la gente no tiene la culpa de las broncas que vivió "Gambetita" en su natal Ecuador, donde hasta fue suspendido seis meses por consumir "hierba".

 
 
¡Y lo que falta!

Vaya pleito de lavadero el que se traen los árbitros despedidos y la Federación Mexicana de Futbol.

Mientras en el organismo se niegan a ventilar el tema a través de los medios y analizan una contrademanda por difamación, los demandantes ya lograron hacer bastante ruido y por lo pronto los trapitos al sol siguen saliendo.

Dicen que una de las grandes molestias de los despedidos consiste en que a su juicio aquellos que vivían lejos del Distrito Federal y de la zona metropolitana no competían en igualdad de circunstancias.

Los demandantes del interior de la República se quejan de no tener sicólogo, un departamento de proyección de video para analizar los errores y de que ellos tenían que pagar de su bolsillo los viajes al DF, ya sea para atenderse con el médico en el Centro de Capacitación o acudir a una propia capacitación.

Me queda claro que a esta novela le quedan muchos capítulos que, por lo menos de aquí al 2 de octubre, cuando empiecen las audiencias en Morelos, va a seguir dando tela de donde cortar.

 
 
san.cadilla@reforma.com