Un interesante debate, si no es que una buena controversia, se suscitó la semana pasada en redes sociales en torno a la entrega de las medallas de finalista en los maratones.
Algunos corredores se manifestaron en contra de quienes se inscribieron en el Maratón de la Ciudad de México -y para el caso en otros maratones-, para meterse unos kilómetros antes de la meta con el único fin de
llegar a recoger la medalla.
Los cuestionamientos fueron severos contra los "metidos", y lo menos que se dijo fue que al pagar su inscripción estaban comprando la medalla para luego presumirla de manera ilegítima. La sensación que quedó fue de una fuerte molestia.
Con eso en mente, hicimos una consulta a través de las mismas redes sociales (Facebook) para conocer la opinión acerca de la alternativa para entregar la medalla únicamente a quienes habían corrido el maratón completo.
La consulta fue esta: "¿Qué opinas de que un maratón no entregue las medallas al cruzar la meta y las envíe por mensajería a quienes lo corrieron completo después de verificar los resultados?"
En 24 horas hubo 167 respuestas y más de 210 "likes": Nunca recibimos tantas, y hubo tanto opiniones a favor como oposiciones enfáticas.
Rafael Carmona lo dijo claramente: "Es como si le dijeran al que gana la Copa Mundial de Futbol "Se las mandamos por correo para verificar si era penal".
Dobleu Wonder lo dijo emotivamente: "Para mí significa mucho cruzar la meta y sentir cómo me cuelgan mi trofeo, es uno de mis alicientes. La entrega de la medalla es gloriosa".
En lo personal, siempre he creído que las medallas de finalista en un maratón si se ponen a la venta, y tienen un precio, pero no se cotizan en pesos, se cotizan en metros: una medalla de finalista en un maratón cuesta (y vale) 42 mil 195 metros.
Que te cuelgue tu medalla alguien que sepa lo que estás sintiendo es un tributo que sólo quien corre el maratón completo puede saborear. Habrá que buscar otras opciones.
rubenromero@reforma.com
Twitter: @Romerodromo
